La belleza de una flor a través del lente de una cámara.

Por Benita Cuellar

El ocaso baña el cielo con naranjas, rosas, azules y grises.

No hay viento, todo es calma. La hierba destila humedad y la lluvia se niega a refrescar el final del día.

Los sonidos surgen desde el campo de flores, pájaros revoleteando, paseantes y trabajadores envueltos en fragancias.

El aleteo de las abejas y mariposas acompañan los senderos repletos de colores.

Las plantas silvestres con sus flores dominan el paisaje, las hay rojas, violetas, amarillas, naranjas, azules, blancas.

Sus perfumes invaden el aire y olerlas es volver a la infancia

A los elixires y a la magia hecha pétalos, nombres y formas que transmiten belleza

Para un mundo tan necesitado de ella.