Martín Mamonde: “Siempre soñé ser como León Gieco”
El artista es músico, poeta y compositor. Las letras cargadas de sinceridad reflejan a su barrio, Villa Libertador, Córdoba, Argentina. Su último trabajo se llama “Lo que nadie quiso comprar”. El 8 de abril se presenta en Pabellón Argentina.
Por Benita Cuellar
“Pasó que no dijeron dónde iban todos, pasó que nos pusieron a vender pescado solos, pasó que nos dijeron que iban a. Pasó que la política hace bien al pueblo, pasó que el pueblo dejó de hacer política. Pasó el gobernador por abajo del camión, paso lo que no dije y lo que dije se perdió (…)”, canta Martín Mamonde en la canción “La verdad oculta” del álbum “Lo que nadie quiso comprar”.
Al hacerlo sus gestos y sentimientos acompañan la letra. Con una trova desafiante y llena de verdades va contando su mundo, el mundo de otros, y el mundo de todos aquellos que no pueden decir demasiado.
Las calles de su barrio, Villa El Libertador, uno de los más poblado de la ciudad de Córdoba, Argentina, vieron el arrojo de los acordes y las prosas salidas desde el cuerpo. Como aquellos que cada tarde expresan su arte en la plaza 12 de octubre.
Porque Mamonde tiene la pluma desafiante y el sentir del poeta que hace bailar las letras. “Siempre me movilizaron las letras testimoniales. La primera imagen que tengo de alguien que me conmueve fue de León Gieco, sin saber que él era un artista. Lo vi cuando tenía 14 o 15. Después me enteré que era una persona famosa”, relata.
Pero también le antecedía esa curiosidad de escuchar a un cantante de rock y que a la vez explicara la historia argentina. “Era como un profesor. Uno lo aceptaba como verdades, pero movilizaba y me hacían pensar. Fue el motor principal”, dice.
Y revela: “Siempre soñé con ser como León Gieco. Después me interioricé. Tener la posibilidad de agarrar la guitarra y decir lo que uno siente es un juego. Hacerla rimar y poder cantar es lo más genial”.
Mamonde es trovador, músico, autor, compositor y poeta, y todo eso junto. “Somos conscientes que estamos tres minutos en la vida de alguien y tratamos de dejar lo mejor en la cancha”, revela.
Está por cumplir 37 años y saca conclusiones sobre lo que le pasó . Es un reflejo de lo que es Villa El Libertador- asegura. “Uno se va acentuando a medida que va sucediendo la vida”.
Desde hace 18 años pertenece al movimiento cultural “La Cruza V.L”, igual que su familia, editó dos discos, “Central rojo” LCVL (2010) y “La película de los nuestros” LCVL (2016) como productor, cantante y músico. Y “El vivo de La Cruza” (2020).
Reflexiona que lo que sucede a nivel personal, familiar y grupal es una consecuencia. “No estamos encasillados, sino que siempre sentimos el reflejo de lo que es ‘la Villa’ y ser un poco el folklore, rock y cumbia. Somos lo que somos”, define.
Y siente que el arte no solo está en los museos sino en las calles, incluso en su propia labor como vendedor de aceites para autos. “Todo es en base al arte”, pronuncia.
El disco que nadie quiso comprar
Sobre el disco “Lo que nadie quiso comprar” expresa que es una obra que la tenía inconclusa. Y se trata sobre lo que queda al margen, el no convencerse, comprender el encierro de la pandemia, encontrarse con uno, y lo que conlleva. “También es un reflejo de lo que nadie quiso comprar”, asegura.
Sus composiciones ya cruzaron las fronteras y fueron interpretadas por artistas de Uruguay y de México.
La más emblemática, “Marta Juana González”, fue grabada por el cantante jujeño Bruno Arias en su disco “El derecho de vivir en paz” (2017).
Compartió escenarios con artistas como León Gieco, Raly Barrionuevo, Residente, Paola Bernal, Sergio Galleguillo, Bruno Arias, Lucas Heredia, entre otros.
Otoño
El viernes 8 de abril a las 21 se presenta en el salón de actos del Pabellón Argentina de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La entrada tiene un valor de 800 pesos y se puede adquirir en Al Pogo .
Sobre este concierto Mamonde dice: “Es un paseo por mis canciones de toda una vida. Una representación de una de las estaciones más lindas del año, la poesía como estandarte y las melodías que acompañan en forma de amistad. Es un recital que es un encuentro de palabras y músicas que ya trascienden los nombres y apellidos, un viaje por los amarillos colores del arte y ese cálido abrazo de otoño para vernos alrededor de una guitarra y poder escucharnos”.
Además, habrá músicos y poetas invitados.