Es uno de los personajes más recordados del virreinato del Perú. Fue actriz, comediante y bregó por la cultura peruana. El 4 de junio se pone en escena una obra de teatro en su honor en Río Ceballos, Córdoba, Argentina.

Por Benita Cuellar

Hay una mujer que pertenece a la historia de Perú, y que dejó su huella durante y después del virreinato español.

Se trata de “la Perricholi”, cuyo nombre real era Micaela Villegas Hurtado de Mendoza. Sobre ella se escribieron poemas, novelas, dramas; se filmaron series y películas. E incluso su figura, y todo lo que se desarrolló en torno a esta mujer, se vivió como un mito. Y está presente en el acervo cultural peruano.

Trascendió por su romance, que mantuvo durante 14 años con el virrey del Perú, Manuel de Amat y Junyent, en el siglo XVIII, quien era 44 años mayor que la peruana. Entonces era un escándalo amoroso, aunque Villegas Hurtado logró convertirse en un personaje histórico por mérito propio.

Al respecto, Magally Alegre, profesora de Historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), dijo a BBC Mundo: “Hay que distinguir entre el personaje histórico y esta suerte de ícono o símbolo que se creó a partir de la Perricholi”.  

Su pasión

“La Perricholi” nació en 1748, en Huánuco, en el seno de una familia criolla. Su padre se llamaba Joseph Villegas y su madre Teresa Hurtado de Mendoza.

Cuando tenía cinco años su familia se trasladó a Lima, y a los 20 se unió a un grupo de actores y comediantes.

Fue una apasionada de la actuación. Trabajó como actriz y cómica en el “Coliseo de Comedias” en la ciudad limeña. Tuvo el apoyo del actor José Estacio y el empresario Bartolomé Massa. Y sus presentaciones eran muy famosas en el virreinato.

Fue así que conoció a Manuel de Amat y Junyent, quien llegó a Lima en 1761 para ocupar el puesto de Virrey del Perú. Antes estuvo en la Real Audiencia de Chile donde se desempeñaba como gobernador desde 1755.  

De acuerdo a los escritos de le época, Villegas Hurtado no tenía una belleza exuberante, pero sabía vestirse bien, tenía gracia y coquetería.

Dirigió el “Coliseo de Comedias”, lo que la convirtió en lo que hoy sería una empresaria teatral. Y con el dinero que ganó en ese puesto compró un molino y lo convirtió en uno de los principales de la ciudad.

Según los historiadores, cuando “la Perricholi” murió en 1819 poseía una respetable fortuna. En sus últimos años de vida ingresó al convento de las Carmelitas y se dedicó a la oración.  

El romance

La historia de la pareja y lo que hasta hoy recuerdan los peruanos proviene en gran parte del capítulo “Genialidades de la Perricholi” del libro “Tradiciones Peruanas” del escritor romántico y costumbrista Ricardo Palma. La obra de relatos cortos de ficción histórica fue publicada en el siglo XIX en Perú y recoge anécdotas de la cultura popular de la época.

Además, dan cuenta de que ambos vivían su romance a la vista de todo el mundo y que la nobleza limeña no respetaba a Micaela, por opacar a las mujeres de clase alta.

Allí Palma presenta a “la Perricholi” como una mujer impulsiva y caprichosa, y al virrey, como un hombre sometido a los antojos de la dama.

Las “Tradiciones Peruanas” también popularizaron la idea de que Amat construyó algunos de las obras arquitectónicas más bellas de aquella época en Lima, como la Alameda de los Descalzos y el Paseo de Aguas, en honor a su amada.

Manuel de Amat y Junyent.

En 1769 la pareja tuvo un hijo: Manuel Amat y Villegas. Entre 1773 y 1775 se distanció, y en 1776 al cesar su puesto en Perú, Manuel de Amat y Junyent regresó a Barcelona.

En 1821, Amat y Villegas fue uno de los firmantes del acta de independencia de Perú.

Después, Manuel de Amat y Junyent se casó con María Francisca de Fivaller y de Bru en 1779, con quien vivió en el palacio que él había ordenado construir en la Rambla, que ahora se conoce como el Palacio de la Virreina, en la ciudad de Barcelona. Murió en 1782.

A su vez, Micaela siguió viviendo en Lima. Tuvo una hija con Martín de Armendáriz y luego se casó en 1795.

La Perricholi

La historia cuenta que el apelativo de “Perricholi” nació debido a que cuando peleaba con el virrey, este la llamaba “Perra, chola”, pero que con su acento catalán sonaba “Perri, choli”. Más tarde, investigaciones históricas desmintieron esta versión literaria, aunque no aclaran del todo el origen del nombre.

Balcón de la casa de la Perricholi, hoy inexistente. Foto: Coleccion Elejalde Archivo Rivaguero PUCP.

Obra de teatro

“Micaela Villegas fue la primera mujer en subirse a un escenario. Porque hasta ese momento los roles femeninos eran realizados por hombres”, dice Ramón Córdoba, dramaturgo, y director de la obra de teatro “La Perricholi”, basada en los textos de “El drama de la palangana” de Ricardo Palma.

A su vez, refiere que con la llegada de Manuel Amat, y el matrimonio con “la Perricholi”, los parámetros de la sociedad limeña cambiaron. Él amaba el teatro, la arquitectura y la literatura- explica Córdoba. “Hace arreglar el teatro para su amada”, destaca.

La Perricholi “era una defensora de los pueblos originarios y afrodescendientes, planteaba que los sirvientes debían tener su habitación para descansar. En esa época, planteamientos como esos eran de avanzada”, explica el dramaturgo.

Ricardo Palma popularizó la idea de que Amat hizo construir los edificios más hermosos de la época en Lima en honor a “la Perricholi”.

Y agrega: “Marcó un antes y después en la sociedad limeña. Fue una transgresora en todos los sentidos”.

Además, “cuando conoce al virrey estaban prohibidos los rituales y danzas de los pueblos originarios en homenaje al sol y a la luna, y él aprueba que esos festejos se realicen nuevamente. Por eso, hasta hoy el pueblo recuerda a esta pareja”, afirma.

La obra de teatro La Perricholi será puesta en escena el 4 de junio de 2022 en la Capilla Histórica de Río Ceballos, Córdoba, Argentina. Y se podrá conocer más sobre esta fascinante mujer.

(Fuentes: BBC-Rincón peruano)