El Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI) está instalado en la Base Antártica Conjunta Marambio y comenzó a cultivar lechuga, de las variedades morada y grand rapid, y rúcula.

Argentina comenzó a producir verduras frescas en la Antártida para abastecer a la dotación de la base conjunta.

El Módulo Antártico de Producción Hidropónica (MAPHI) está instalado en la Base Antártica Conjunta Marambio y comenzó a producir lechuga, de las variedades morada y grand rapid, y rúcula.

Los técnicos del INTA EEA Santa Cruz, Jorge Birgi y Boris Díaz, se encuentran en la base, siguiendo el desarrollo de las plantas. Para, así, ajustar los manejos de luz y soluciones nutritivas, evaluar las condiciones de las instalaciones hídricas y calibrar los sensores necesarios para monitorear el funcionamiento del sistema productivo.

El proyecto es impulsado por el Comando Conjunto Antártico, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la Dirección Nacional del Antártico y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) para instalar un módulo de producción de verduras en la Base.

INTA en la Antártida.

Desde la Base Marambio el ingeniero Jorge Birgi de INTA EEA Santa Cruz (Grupo de Investigación Forestal, Agrícola y Manejo del Agua) dijo que “el trabajo es muy intenso, pero lo estamos viviendo con mucho entusiasmo porque estamos produciendo en las primeras plantas hortícolas en la Antártida Argentina”.

Y destacó que “la gente que se encuentra aquí nos brinda su apoyo, hay equipos que trabajan intensamente para que se cumpla con el objetivo”.

Tres etapas

“Nos encontramos finalizando la última de tres etapas: hicimos las pruebas hidráulicas del sistema de producción, instalamos el sistema de telemetría y calibramos los sensores para el seguimiento de los cultivos”, ahondó.

Además, relató: “Con la primera siembra se están probando los sustratos, las semillas y la respuesta de las plantas a la solución nutritiva”.

En tanto, el ingeniero Boris Díaz, referente de agua en la EEA Santa Cruz, evalúa cuál es la calidad del agua que está ingresando al módulo para luego utilizar ese recurso como base para lo que son las soluciones nutritivas que está también él está formulando.

Base Marambio, Antártida.

El suboficial César Araujo Prado, encargado de la División PREVAC, Seguridad e Higiene Ambiental del Comando Conjunto Antártico, quien colabora en la siembra de los cultivos, evaluó que el proyecto es positivo porque “nos permitirá contar con vegetales frescos cosechados en el día para mejorar la calidad de vida y la dieta del personal que se encuentra durante un año en la base, que dejará de consumir vegetales en conserva”.

A su vez, destacó que “el personal también se encargará del mantenimiento y cuidado de la producción y será capacitado para desarrollar cultivos hortícolas”.

“Estas tareas también son muy positivas para la mejora del estado de ánimo y la autoestima, sumado al consumo de verduras frescas, que sin dudas ejercerá un impacto positivo en quienes prestan servicio”, agregó.

Producción

El MAPHI comprende un sistema de cultivo hidropónico (sin suelo) “indoor”, instalado en un contenedor marítimo de 6 metros acondicionado con un sistema de aislamiento tricapa, y calefacción a base de energía eléctrica para soportar las bajas temperaturas del continente blanco (temperaturas máximas medias que en julio pueden llegar a los -11°C y descender hasta los -20°C.).

En el espacio de producción se controlan las condiciones de luz y temperatura, ajustando los parámetros para que sea posible el desarrollo de cultivos hortícolas.

Este sistema de producción es útil en zonas en las que no hay suelo, o cuentan con suelos pobres, y en las que el ambiente (temperaturas muy bajas o fotoperiodos muy cortos o muy largos) no permite producir en forma sostenida durante todo el año.

Con respecto a los insumos biológicos, se trabajó con semillas certificadas y tratadas para garantizar su inocuidad, seleccionadas priorizando su resistencia a las bajas temperaturas.

Las especies elegidas responden a la demanda de alimentos de la base, ya que el objetivo principal de la propuesta es mejorar la alimentación del personal civil y militar de las dotaciones que operan allí.

El compromiso de las dotaciones es clave para el éxito de la propuesta, ya que quienes se encuentran en la base serán los encargados de sembrar, cosechar y operar el sistema.

Los profesionales del INTA y la UNPA se encargarán del monitoreo remoto a partir de datos relevados por un sistema de sensores que relevarán información necesaria para acompañar en el manejo del proceso productivo. También serán los responsables de capacitar a los encargados de llevar adelante la producción en la Base Marambio.

(Fuente: INTA)