Se basa en la historia de Íngrid Olderöck, “la mujer de los perros”, quien torturó a ciudadanos durante la dictadura utilizando perros como herramienta. Es dirigida por el chileno Hugo Covarrrubias y estuvo nominada a los premios Oscar 2022.

Bestia, el cortometraje animado de Chile, desde su estreno en el Festival de Annecy, el certamen más importante de películas animadas, no paró de recibir premios y nominaciones, incluso una para los premios Oscar 2022.

La película fue dirigida por Hugo Covarrubias, además de ser el escritor, y consultado por la BBC Mundo, dijo que se trataba de un “thriller psicológico sobre una mente siniestra”.

Porque la historia que relata el cortometraje tiene mucho que ver con el personaje Bestia. Basada en hechos reales explora la vida de una agente de la policía secreta durante la dictadura militar chilena.

Así a lo largo de 15 minutos, y apelando a stop motion sin un solo diálogo, Bestia narra la vida de Íngrid Olderöck, la exagente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), conocida como “la mujer de los perros”.

Se ganó ese seudónimo por las torturas realizadas a mujeres opositoras del régimen en los centros de detención, entre 1974 y la década del 80’ durante la dictadura militar chilena, principalmente el llamado “Venda Sexy”, donde torturaba, violaba a las presas y presos con un perro llamado Volodia.

Bestia. Foto: Bestia-shortfilm.

Sypnosis:

Afiche de la película.

Inspirada en hechos reales, el cortometraje “Bestia” entra en la vida de un agente de la policía secreta en la dictadura militar en Chile. La relación con su perro, su cuerpo, sus miedos y frustraciones, revelan una macabra fractura en su mente y en un país.

Director y director de fotografía: Hugo Covarrubias, Producción ejecutiva, Trébol 3 – Tevo Díaz; Idea original y guión, Hugo Covarrubias y Martín Erazo; Animación, Hugo Covarrubias y Matías Delgado.

Tráiler de Bestia.

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Una mujer atroz

Íngrid Olderöck, era descendientes de alemanes con ideología nazi y fue responsable de las torturas más atroces que vio el periodo de la dictadura de Pinochet en territorio chileno.

La mujer fue una exoficial de Carabineros, y llegó a destacarse dentro de la DINA y tuvo entre sus funciones la formación de decenas de jóvenes a las que entrenó para enfrentarse a los enemigos políticos.

Íngrid Olderöck era hija de alemanes. Foto gentileza: La Nación/U. Diego Portales. Museo de la Memoria.

Relatos de víctimas la acusan de haber adiestrado a perros para violar a prisioneros y prisioneras políticas en los centros de detención donde muchos desaparecieron.

Especialmente en “La Venda Sexy”, una casa de dos pisos en un sector de clase media de la comuna de Macul, en Santiago, donde solía operar Olderöck.

Bestia. Foto: bestia-shortfilm.

Un libro

Además del cortometraje que narra la historia de la torturadora, una de las pocas personas que tuvo la oportunidad de conversar extensamente con la ex agente fue la periodista chilena Nancy Guzmán, quien publicó el libro “Ingrid Olderock, la Mujer de los Perros”, en el que -a partir de aquellas conversaciones- elabora una crónica donde la describe como “la mujer más poderosa y brutal de la DINA”.

Una de las víctimas, contó al diario The Clinic: “Fui violentada sexualmente con un perro pastor alemán al que los agentes de la dictadura llamaban Volodia”.

Bestia. Foto: Bestia-shortfilm.

“Ingrid dirigía al animal, mientras los otros torturadores obligaban a los detenidos a adoptar posiciones que facilitaran el abuso. Hombres y mujeres que pasaron por La Venda Sexy fueron víctimas de esta atrocidad”, relató.

Olderöck negó todas las acusaciones y nunca fue sometida a un proceso judicial.

La carrera de la agente se acabó en 1981, cuando integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria dispararon contra su cabeza. Finalmente, tras sobrevivir al disparo, Olderöck murió el 17 de marzo de 2001.

(Fuentes: Bestia-shortfilm, vogue.mx, BBC Mundo)