Desde el año 2015 el proyecto Pampa Azul, una apuesta al potencial del mar argentino y su costa patagónica, busca ver la luz. Sin embargo, la falta de apoyo lo deja en el tintero político, a pesar de que la propuesta apunta al desarrollo de la ciencia y la tecnología de manera sustentable.

Por Amira López Giménez


Es notorio como varios países costeros desarrollan distintas actividades en torno al agua que llega a sus playas. El estudio de las corrientes marítimas y su ecosistema, el turismo sustentable, el entretenimiento, son tomados como parte de la vida y el entorno. Es decir, ciudad y vida marítima están integradas en un todo regulado por un Estado que conoce su potencial.

Argentina como país tiene montañas a un lado y al otro, una extensa costa que recorre el sur del Atlántico. Y en estas latitudes el mar es más agresivo y desafiante. Se destaca por la enorme biodiversidad del Atlántico Sur y los servicios ecosistémicos que brinda en estas costas. Sin embargo, para algunos estudiosos, hay una notoria falta de conciencia (y de soberanía) sobre el patrimonio marino.

Un potencial descuidado

La costa argentina puede caracterizarse por su riqueza y potencial, pero está continuamente expuesta a procesos de contaminación por el desarrollo urbano siempre en ascenso, por un turismo y pesca sin conciencia y por una escasa integración entre las comunidades costeras y portuarias. La falta de trasparencia en la gestión y la ausencia de regulaciones jurídicas conspiran contra la vida humana que depende del mar.

Orcas por Valeria Falabella para Pampa Azul.
Prefectura Naval de Argentina. Gentileza Pampa Azul.

En este sentido, Pampa Azul es una iniciativa que data del año 2015 y que busca aunar los esfuerzos de la ciencia, el desarrollo tecnológico y la ecología, para hacer del mar una forma de vida. Es uno de los pocos proyectos que une distintos ministerios. Nació con la ley PROMAR (Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos) que creaba un fondo de inversión de 250 millones de pesos para su funcionamiento.

La idea era proteger áreas geográficas de tierra y mar, relevantes para la investigación científica y para el desarrollo del país. El Banco Burdwood (Área protegida Namuncurá), el Agujero Azul (Talud Continental), el Golfo San Jorge, las Islas Subantárticas (Georgias y Sandwich del Sur), y el Sistema Fluvio-Marino del Río de la Plata, son los puntos en el mapa que abarca este ambicioso proyecto.

La costa atlántica como un tesoro por descubrir

Esta iniciativa, integrado en su mayoría por científicos y científicas del país, señala a la costa patagónica como oportunidad para el desarrollo recreacional. Tanto la costa como el océano cuenta con numerosas áreas protegidas, pero también, con recursos petroleros y genéticos que provienen tanto de la columna de agua como del lecho marino.

Coralimorfos de la Patagonia por Gregorio Bigatti para Pampa Azul.

Al momento de que Pampa Azul se presentara ante las autoridades nacionales, apuntaba un incremento del PBI nacional en un 10% para 2035. La idea era desarrollar la pesca y la industria naval, pero con la ecología y la ciencia como antesala para proteger al entorno marino. Sin embargo, hasta el día de la fecha, el retroceso político y la quita de fondos no hizo viable la propuesta.

Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, durante una entrevista con Página 12, se refirió a “instrumentos que se vinieron abajo” desde el 2015. Una clara referencia a la ausencia de mantenimiento provocó el declive de un desarrollo estratégico para el país. Inclusive, los buques oceanográficos “Puerto Deseado” y “Austral”, pertenecientes al CONICET, terminaron en desuso y en el abandono. Hoy, remontar estas herramientas sería inviable y conllevaría mayores costos.

El papel de la ciencia

El rol científico en Pampa Azul es clave. El conocimiento sobre el mar y su universo, que explica en gran parte la existencia humana, es escaso. Conocerlo permitiría conservar y manejar recursos de una manera más eficiente, tal como señalan los y las especialistas que integran el proyecto.

Pinguinos Patagonia por Valeria Falabella para Pampa Azul.
Pampa Azul y la muestra Bajo el Mar en Tecnópolis, Argentina.

Según indican, Pampa Azul busca promover el desarrollo de la ciencia en la plataforma continental argentina, preservando y utilizando de manera sustentable los recursos naturales. Para ello, primero deben formar recursos humanos en la protección y manejo de la biodiversidad, fomentando una cultura consciente sobre el mar.

Mapa de área Protegidas de Argentina. Gentileza Pampa Azul.

En palabras más sencillas, no solo se trata de habilitar espacios de investigación para la ciencia, sino también, de generar fuentes de trabajo para el desarrollo económico, tecnológico y social. Y volvemos al principio, el país, a pesar de su extensa costa, no tiene una conciencia activa sobre el patrimonio marítimo.

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