Una maravilla a descubrir: la reserva de sal que sobresale en una superficie inhóspita
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/Foto-para-web-1110-×-694-px-3.jpg)
Se trata de la Reserva de Usos Múltiples Salinas Grandes, ubicada en Córdoba, Argentina. Un mar de sal infinito situado en un suelo árido. Foto de tapa: Daniel Santos.
Por Benita Cuellar
El norte se asoma desde la ruta: llanura, sequedad, monte, cardones, corral de cabritos, empalizadas, campos alambrados, mistoles y algarrobos esparcen sus copas por esta zona inhóspita.
La nube de tierra que dejan los autos convierten a la luz solar en naranjas y ocres. Al pasar por San José de las Salinas, Córdoba, Argentina, un grupo de niños y niñas saludan con sus pequeñas manos alzadas. La pasividad domina este poblado que por sus calles polvorientas están las huellas a seguir.
El andar es lento, los guadales que conducen a uno de los lugares más sorprendentes dominan el camino. En medio de ese paisaje está la Reserva de Usos Múltiples Salinas Grandes, un mar de sal infinito y abruptamente bello. Con 200.000 hectáreas ocupa cuatro provincias: Córdoba, La Rioja, Catamarca y Santiago del estero.
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/WhatsApp-Image-2022-10-09-at-23.24.16-1024x461.jpeg)
Allí, el atardecer se descubre en el horizonte sin fin y una bruma atrapa los rayos dando una curiosa luminosidad. Los trozos de sal y la planicie blanca crujen debajo de los pies.
Caminar sobre las salinas es como estar dentro del mar. Antiguamente, lo fue, las fallas tectónicas lo dejaron al descubierto.
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/Foto-para-web-1110-×-694-px-4-1024x640.jpg)
Mar de sal
Apenas se va el sol, la luna llena se asoma. Y el cielo y la tierra se funden en una sola: abajo este mar de sal, arriba un mar de estrellas. Iluminan este desierto salado con tonalidades rosas, azules y naranjas. La luna y el salar compiten por su imponencia y la sensación es de puro éxtasis.
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/este-1024x640.jpg)
El reflejo marca las siluetas de las personas, de los restos de equipamientos de la industria que alguna vez funcionó en el lugar. Y por el que se formaron poblaciones como Lucio V. Mansilla, San José de las Salinas, Totoralejos y otros parajes que ahora se pueden divisar por las luces que encandilan desde lejos.
A esta maravilla natural se la descubre caminando, recorriéndola y explorando sus cráteres, respirando ese aire infinito y dejando que la luna llena muestre nuestras sombras como puntos negros en medio del desierto.
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/Foto-para-web-1110-×-694-px-3-1-1024x640.jpg)
La naturaleza nos sorprende, nos hace parte de ella, como si fuéramos un grano de sal en medio de ese mar que nos abraza. Y no nos deja ir.
Cómo ir: por la ruta 60, pasando Quilino, se ingresa a San José de las Salinas y desde allí seguir los carteles. Está a 180 km de Córdoba capital, Argentina.
![](https://contexto-web.com/wp-content/uploads/2022/10/Foto-para-web-1110-×-694-px-5-1024x640.jpg)