En la India las cigüeñas hargilas pierden su hábitat y futuro, pero un ejército de mujeres se lanzó a su rescate. El Ejército Hargila liderado por Purnima Devi Barman obtuvo el reconocimiento de la ONU y ahora son Campeonas de la Tierra.

Por Amira López Giménez


Les dicen cigüeñas ayudantes, hargilas o tragahuesos. En las aldeas de Dadara, Pacharia y Singimari (India) estos pájaros que alcanzan el metro y medio de altura, con un plumaje gris y de patas estiradas, son despreciadas por las comunidades que cortan los árboles donde anidan y tratan de ahuyentarlas.

Se las considera alimañas poco higiénicas y el rechazo las ha llevado al borde de la extinción. Pero existe el nombre de Purnima Devi Barman. Ella es bióloga y lidera un grupo de 400 mujeres movilizadas bajo el nombre de Ejército Hargila. La cigüeña ayudante es conocida como uno de los ejemplares más raros del mundo y esenciales en el equilibrio ambiental.

El encuentro de Purmina con su causa tiene una historia personal. Su abuela le ha enseñado todo sobre las cigüeñas, la variedad de especies, sus historias y cantos que se mezclaron con las tradiciones y las culturas. Por eso, no importa si muchos se retuercen de odio o asco cuando se habla de la cigüeña tragahuesos, para Purmina y para el Ejército Hargila, es la esencia de la lucha y la meta de sus esfuerzos.

El ejército Campeón de la Tierra

Hace poco, la edición 2022 de Campeones de la Tierra galardonó a Purmina con la máxima distinción internacional en el cuidado del ambiente. Su historia es peculiar. Purmina vive en Kamrup, un distrito muy cerca de Assam, el último bastión de la cigüeña. Ambas localidades representan el hogar de estas aves que a duras penas superan los mil ejemplares.

Cigüeñas hargila. Gentileza de Clima Terra.

Las tragahuesos podían encontrarse en el sudeste asiático, en Pakistán, India, Nepal, Bangladesh y Vietnam durante el siglo XIX. Hasta supo convertirse en símbolo cultural y en el adorno por excelencia de edificios emblemáticos. Pero, el crecimiento poblacional, la estética de la modernidad, el tiempo y la voracidad del mercado, junto a la persecución humana directa sobre las colonias de anidación, hicieron que estas aves figuren en el Libro Rojo de las especies en vías de extinción de la UCIN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Los últimos sobrevivientes se congregan en los basureros y anidan en las aldeas rurales. La mayoría de ellos vive alrededor de la ciudad de Guwahati y dependen de un solo vertedero de basura para alimentarse y de las aldeas más cercanas para anidar. No es un ave linda, y en palabras de Purmina, no es tan exitosa como salvar jirafas o leones. Pero, su existencia es vital y el Ejército de mujeres representa su única esperanza de salvarse de la extinción.

Bióloga y zoóloga Purmina Devi Barman. Gentileza UNEP.

“Pensaron que estaba loca por querer conservar un pájaro tan feo” supo decir para Clima Terra. Purmina es consciente que para revertir la situación es primordial cambiar la mirada sobre la cigüeña, y esta ha cambiado por el grupo de mujeres que supieron cómo integrarla y devolverle su glamour.

Mujeres con sentido de comunidad

Como cualquier especie, su existencia determina el balance del ecosistema. Esta ave carroñera se alimenta de cadáveres en descomposición y regula a los animales más pequeños como los roedores y las plagas. Y nada mejor que la fiesta para llevar sabiduría y conocimiento.

Purmina comenzó en el 2009 con festivales de cocina tradicional con charlas especiales sobre la cigüeña. Luego llegaron las obras de teatro, los bailes con disfraces de títeres harguilas realizados por voluntarios, hasta los baby showers para hargilas recién nacidas.

Bióloga y zoóloga Purmina Devi Barman. Gentileza UNEP.

Las aves también son bordadas en los vestidos de toalla que se les venden a los turistas y de a poco vuelven a ser símbolo de la comunidad. Y del entretenimiento también saltaron a la educación ambiental.

Hoy sus ideas se enseñan en las escuelas para que las generaciones futuras se sientan orgullosas de las especies que habitan su espacio, que cuiden el delicado equilibrio y de hecho, los hijos de los dueños de los árboles son becados en programas educativos para incentivar el cuidado en comunidad.

Su trabajo junto al Ejército de mujeres fue tal que, de los escasos 27 nidos que podían encontrarse con un promedio de 100 ejemplares en el mundo, hoy hay más de 210 nidos que rebosan vida.

Cigüeña hargila, ejemplar recién nacido. Gentileza UNPEP.

El batallón de mujeres impactó en la comunidad de manera decisiva. Los árboles ya no se cortan, cada uno de ellos es vigilado desde torres de bambú construidos por sus habitantes. También se edificó la primera plataforma de anidación debido a la falta de hábitat natural. De esta manera, la plataforma emula el entorno de seguridad necesario para la eclosión de polluelos.

Ahora este pájaro destartalado dejó de ser una “alimaña poco agradable” para convertirse en símbolo del orgullo local. Así también lo demuestra el documental Hargila, producido por el centro de medios de conservación Cornell Lab, junto a las comunidades de Dadara, Singimari, Pachariya y Boragaon en Assam, India. Y por supuesto, la zoóloga Purnima Devi Barman.