Desde el boom del smart farming a la simpleza de la hidroponia en casa, los nuevos métodos de cultivo y producción prometen menos químicos sin tocar la tierra.


Sacada de la Cuarta Revolución Industrial, también conocida como Industria 4.0, se la considera como la etapa de desarrollo más importante de los últimos años. Si la Tercera Revolución Industrial fue el advenimiento de la tecnología, la cuarta borra los límites entre la física, la biología y el mundo digital. Desde aquí, el smart farming se ha convertido en la agricultura de alta precisión.

En cultivos con sistema smart farming los drones monitorean cientos de hectáreas productivas. Vigilan los estados de salud de plantas y animales, detectan plagas de manera temprana, riegan cuando se debe en función del clima, fertilizan, fumigan, entre otras acciones que buscan un imposible buscado hace años: erradicar el hambre en un futuro superpoblado.

Para la FAO, en el 2050 habrá 2000 millones de personas más, lo que se traduce en un aumento del 70% de la producción agricultora para “no pasar hambre”. Es decir, todavía no logran cambiar una constante histórica de la humanidad porque siempre hubo poblaciones sin acceso a la comida.

De hecho, la distribución desigual de los recursos hace que millones pasen hambre y solo miles puedan tener un plato de comida. Así, depositar las esperanzas en el desarrollo de la tecnología y evitar una acción social de gran escala solo es patear el problema para más adelante. Por suerte, el smart farming alardea de un sistema no tan complejo, ni tan caro y aplicable a pequeñas escalas y sin hacer uso de uno de los bienes más preciados, que es la tierra.

La hidroponia se posiciona como una estrella en la producción de alimentos. En términos simples, según el espacio “nuestro mundo en datos“, la mitad de la tierra habitable se destina a la agricultura.

“El 10 % del mundo está cubierto por glaciares y otro 19 % es tierra estéril: desiertos, salinas secas, playas, dunas de arena y rocas expuestas. Esto deja lo que llamamos ‘tierra habitable’. La mitad de toda la tierra habitable se utiliza para la agricultura. Esto deja solo el 37% para los bosques; 11% como arbustos y pastizales; 1% como cobertura de agua dulce; y el 1% restante, una proporción mucho menor de lo que muchos sospechan, es área urbana edificada que incluye ciudades, pueblos, aldeas, carreteras y otra infraestructura humana”. 

Nuestro mundo en datos

A su vez, la agricultura representa una de las peores amenazas para la biodiversidad a causa de la transformación que provoca en los hábitats de las especies. De los 28 mil animales de la reconocida lista roja de la UICN, los cultivos en tierra desafían la supervivencia de 24 mil.

La tecnología es la gran solución hasta el momento, ya que permite minimizar el impacto y uso de la tierra. De hecho, en la escena actual solo se requiere el 30% del suelo, a diferencia del año 1961. Hoy la tecnología es una salida para convertir esta generación en la primera en expandir los bosques en lugar de anularlos.

Cultivos hidropónicos: el boom de la agricultura sin tierra

La hidroponia es un sistema de cultivo que permite el desarrollo de las plantas solo en agua. En ella se disuelven los nutrientes y no hay necesidad de usar tierra. A modo de suelo se aplican materiales de soporte como perlita o fibra de coco.

Los cultivos pueden adaptarse a distintos formatos, aunque el más común es colocarlos en bandejas. Algunos promueven este modo de cultivo en la arquitectura, para adaptarlo a rascacielos y desarrollar ciudades verdes.

En México, la hidroponia es la responsable del 50% de la producción a nivel nacional. El tomate, pepino, pimiento, berenjena lideran la lista de las verduras más adaptadas a este sistema. También Holanda, tierra de cielos grises donde el sol es un bien escaso, se posiciona como la tercera nación productora de alimentos con hidroponia a nivel mundial.

Esta técnica, muchas veces cuestionada, tiene un impacto menor que la agricultura tradicional. Al añadir luces LED, compensar el ahorro de agua, de combustibles y fertilizantes, la hidroponia es la opción más sustentable y económica para los cultivos.

Tampoco se trata de algo tan nuevo, pero si mejor desarrollado en los últimos años. El inglés Francis Bacon en 1627 brindó muchos detalles en su obra Historia Natural, una obra que luego fue desarrollada por Alemania a finales del siglo XIX. En Sudamérica fueron los aztecas quienes dejaron información valiosa sobre sus cultivos flotantes y cómo llevarlos adelante.

Estos cultivos se adaptan a cualquier espacio y clima. Su ausencia de tierra elimina la necesidad del uso de fertilizantes, ahorra emisiones ya que no se requiere transporte para recorrer los espacios de siembra, no agota el suelo porque no lo usa y recicla el agua que utiliza.

Así, como el arado romano reemplazó a los agujeros en la tierra para plantar semillas, ahora la hidroponia se postula como la futura reina en la producción de alimentos. Cuenta con muchas ventajas, entre ellas:

  • Mayor rendimiento. Un cultivo hidropónico produce entre 3 y 10 veces más cantidad de alimentos.
  • No precisa herbicidas ni plaguicidas al ser espacios controlados.
  • Consume un 20% menos de agua y la plantas tardan la mitad de tiempo en crecer.
  • La cosecha se realiza antes de tiempo, lo que permite conservar valores nutritivos en los alimentos.
  • No contamina el suelo y es apta para cualquier clima.

En el hogar

Es cierto que estos sistemas versan sobre la alta precisión, las tecnologías de punta y revoluciones industriales, pero tampoco es tan difícil. En la ferretería se puede conseguir todo lo necesario.

Se precisa de un contenedor rectangular que pueda albergar unos 30 litros de agua y que sirva de bandeja. A este se le agrega una bomba de agua de tipo acuario o peceras. Las plantas se colocan sobre la bandeja con soportes de fibra de coco o un tipo de red que se encuentre a mano para sostener las plantas.

Luego al contenedor se le disuelve los nutrientes necesarios y hay que hacerlo todas las semanas. La solución requiere 13 nutrientes claves: nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, magnesio, azufre, molibdeno, silicio, boro, cobre, zinc, manganeso, hierro. Puede adquirirse de manera online o en espacios comerciales dedicados al cultivo como un growshop.

Por último, cabe destacar que cualquier especie es apta para la hidroponia, pero hay algunas más estrellas que otras. El tomate es la primera opción, le sigue la lechuga, pepino, cilantro, acelga, ajo, calabaza, papa, entre otras a las que pueden sumarse las rosas, orquídeas y plantas aromáticas.