Funcionó desde 1917 hasta fines de la década del 90 en Córdoba, Argentina. Sus extrabajadores resistieron tomando la cervecería durante 105 días. Desalojados, una desarrollista prometió un proyecto inmobiliario que no cumplió. Hoy está en proceso de formación de un museo.

Foto de tapa: la Cervecería Córdoba en funcionamiento. Gentileza.

 “A diferencia de otros escenarios, aquí se luchó. En este lugar se respondió con resistencia activa a los atropellos represivos. Los trabajadores comprendían lúcidamente que se jugaban por sus familias, por el pan nuestro de cada día, por el futuro de sus hijos y esa lucidez los llevó a la vanguardia de una causa justa”, dijo el padre Horacio Saravia, a cargo de la parroquia San Jerónimo de barrio Alberdi, Córdoba, Argentina.

El pulso del barrio se rigió durante más de ochenta años por la Cervecería Córdoba y fue un icono del trabajo de Córdoba, pero se vino abajo cuando en 1998 un holding de capitales extranjeros obligó a la empresa a cerrar sus puertas.

Los trabajadores no dudaron en defender la casa que los había cobijado durante décadas dando comienzo a una memorable página de la historia de las luchas obreras con una toma que duró 105 días.

Fueron los obreros de la cervecería y sus familias que resistieron amenazas, coimas disfrazadas de subsidios, frío, persecución, hambre y órdenes de desalojo violentas.

Pero nada los paraba y así se fueron convirtiendo en la referencia de la lucha contra la desocupación y el hambre que caracterizó a la década del 90. Se rodearon de una inmensa solidaridad barrial, del movimiento obrero, de estudiantes.

Cervecería Córdoba, símbolo de barrio Alberdi. Foto: Gentileza.

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Lucha obrera

Había olor a pueblo. Paradójicamente, el final llegó un 17 de agosto (Día del Libertador) de la mano de la represión, la detención y persecución a sus trabajadores, otra característica de los gobiernos de la época y con él el cierre definitivo de la fuente de trabajo.

Se puede decir que fueron vencidos, pero no derrotados, dando inicio a otra etapa en la lucha: esa extraordinaria experiencia encontró nuevas formas de organización y perseverancia en defensa de la historia, de la memoria, de la identidad, y también de la significancia de ese emblemático edificio, y su entorno social, el barrio Alberdi.

La lucha de los trabajadores. Foto: Gentileza.

Luego de aquellos días memorables, una constructora se hizo cargo del predio prometiendo un complejo edilicio que al día de hoy continúa sin terminar. Hoy, se erige una sola torre de departamentos terminada a medias y el resto, solo pilotes.

La chimenea original de la cervecería (todo un símbolo para el barrio) fue reemplazada por una de cemento que poco tiene de la original.

El derribo de ésta, unió nuevamente a aquellos trabajadores que aguantaron en la toma. Y de esta segunda vuelta renació el espíritu de la reconstrucción de quienes siguen trabajando por recuperar historia y planear a futuro proyectos que incluyan a toda la comunidad.

A 25 años de la toma de la cervecería. Foto: museodelacerveceriacba

Recuperación

Los proyectos planteados se afirmaron en diferentes acciones reflejadas en la realidad: la recuperación del teatro La Piojera, la plaza Elvira Ceballos, la organización de los carnavales populares de Alberdi, la creación de las ferias, el Pasaje Aguaducho, el Museo de la Cervecería que está comenzando a gestarse, entre otras iniciativas.

Y se suman a lo que hoy es el punto más importante de las acciones colectivas: la recuperación del predio de la cervecería, un ícono indiscutible e indispensable para cerrar el círculo patrimonial e histórico que merece uno de los barrios con más historia del país.

Extrabajadores al frente de la cervecería. Foto: La Tinta.

Festival Pueblo Alberdi Resuena

Con intervenciones artísticas, la palabra de los protagonistas de la gesta y tomando como eje principal la historia y defensa de la Cervecería Córdoba se realizó a el Festival Pueblo Alberdi Resuena, un encuentro con la energía puesta en la recuperación de la historia, y de los espacios públicos.

El Festival fue la oportunidad para conmemorar los 25 años de la toma y visibilizar el camino que transitaron los trabajadores y el pueblo para recuperar el predio, y la historia del barrio.

Matías Loffredo, muralista, trabaja en las paredes de la plaza de la ex Cervecería Córdoba. Foto: José Gabriel Hernández / La Voz del Interior.

Historia

En 1917 la familia Meyer fundó, junto a Marín Agst, la Fábrica de Cervezas Córdoba sobre las márgenes del río Suquía, símbolo de la industrialización, el progreso y la modernidad. En 1923, se incorporó Fermín Flores constituyéndose como Sociedad Anónima.

Ya en 1931, el consorcio Consorcio Cervecero Unión, dirigido por Otto Bember de Cervecería Quilmes, adquirió la Cervecería Córdoba, y pasó a controlar casi el total del mercado cervecero nacional.

De entonces, la cervecería fue adquirida por diferentes empresas, según el devenir de la historia argentina, y acumulaba, a través de los manejos financieros, una deuda que para los años ochenta se comparada con dos años de facturación.

La cervecería Córdoba en pleno auge. Foto: CDA – UNC.

La crisis económica de la época, los bajos niveles de producción y la poca reinvención, derivaron en la venta a un grupo nacional propietario.

Después, con el impulso de la llegada de la democracia, la empresa tuvo un pico de producción entre 1983 y 1987, quintuplicando su producción y lanzando al mercado un nuevo producto: la cerveza negra.

Pero una nueva crisis económica puso a la cervecería nuevamente en los niveles más bajos de producción, y llegó la flexibilización laboral y los despidos. Y para 1998, el holding chileno CCU-Lucsikla la adquirió y comenzó el desmantelamiento, y el cierre definitivo de la cervecería.

Trabajadores y trabajadoras de la cervecería. Foto: Museo de la Cervecería Córdoba.