Colillas de cigarrillos, pequeñas bombas tóxicas para el ambiente
El hábito de fumar desecha entre 4.5 y 5.6 billones de colillas al año en el mundo. El informe de Ecohouse que pone en evidencia el impacto negativo que genera en el ambiente. Foto de tapa: Greenpeace.
Cuando caminamos por las calles, los residuos más visibles en el piso son las colillas de cigarrillos. De esta manera, se puede decir que es la basura más abundante en la vía públicas en todo el planeta.
De acuerdo al Informe General sobre Colillas de Cigarrillos elaborado por la organización argentina Ecohouse el hábito de fumar sigue siendo común y desecha entre 4.5 y 5.6 billones de colillas al año en el mundo.
Esta cifra se traduce en un equivalente aproximado de unos 18.000 millones de colillas por día.
¿Cuál es el impacto de las colillas en el ambiente?
Al combustionar el tabaco del cigarrillo se generan 100 sustancias tóxicas, entre ellas cobalto, aluminio, arsénico, níquel, alquitrán, plomo y estroncio.
Es por eso que existen los filtros de los cigarrillos, hechos de acetato de celulosa que tienen por función evitar que algunos de los tóxicos lleguen a los pulmones del fumador.
Esos componentes tóxicos quedan en las colillas que, al arrojarse a la calle terminan contaminando el ambiente. Tanto es así que cada colilla puede contaminar entre 40 y 1.000 litros de agua.
No se tiran
La costumbre de arrojar colilla al piso está naturalizada y basta con ver a un fumador hacerlo en la pública de forma natural, sin ser cuestionado por esta acción.
En la realidad, una encuesta realizada bajo la campaña #ojoconlacolillaa a más de 10.000 fumadores y fumadoras confirmó esto mismo: 70% afirmó tirar la colilla al piso, ya sea en áreas urbanas o en la naturaleza.
Estos residuos son pequeños y son arrastrados a los desagües, por la acción del viento o de las lluvias, y terminan en arroyos, ríos y océanos con las consecuencias ya mencionadas.
En caso que queden en la tierra, su efecto también es negativo porque altera su PH y composición, al afectar e impedir la vida de microorganismos, insectos y animales.
Además, hay riesgo de que ingresen al cuerpo de forma indirecta a través de la cadena alimentaria y provoquen efectos adversos en la salud.
Mientras tanto, la industria tabacalera nunca asumió una responsabilidad en la gestión de este residuo.
Sería clave que rijan normativas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para que las empresas den el ejemplo y eviten los impactos que tienen sus productos a lo largo de todo su ciclo de vida.
Fuente: Greenpeace.