Según un estudio, los últimos años fueron trágicos para la biodiversidad. En el caso de las aves, algunas migran y otras dejarán de ser vistas en un futuro inmediato. Para evitar su desaparición, es imperioso revertir un panorama de al menos treinta años.

Por Amira López Giménez

De a poco, el monte y sus cercanías se vuelven cada vez más silenciosos. Los pájaros dejan de ser los protagonistas de la orquesta natural y es que su población disminuye casi hasta desaparecer. Así lo corroboran científicos de todo el mundo. Un primer ejemplo es la investigación realizada en las sierras de Córdoba por la doctora en Ciencias Biológicas, Luna Silvetti.

Su estudio, llevado a cabo en el Instituto de Altos Estudios Espaciales Mario Gulich bajo la dirección de Laura Bellis (CONICET) y Gregorio Gavier (INTA), revela cómo la biodiversidad de las últimas tres décadas se vio gravemente afectada en las Sierras Chicas. 

Las imágenes satelitales y los datos de campo lo corroboran: seis especies de aves pasarán a ser un recuerdo si el panorama no se revierte.

Un estudio en detalles

Este corredor serrano, ubicado al noroeste de la provincia argentina, fue erosionado durante años. Los cambios en el uso del suelo, los incendios constantes, la falta de ordenamiento urbano, la invasión de especies vegetales exóticas y el desmonte como aliado, son algunas de las principales causas que afectan la biodiversidad autóctona.

En su estudio, la investigadora contempló tres grupos de aves: según sus hábitos más distintivos, sus amenazas (que varían de acuerdo a la especie), y de acuerdo a la categoría.  

Benteveo. Gentileza de Adalaves

“Las especialistas de bosque, que son las más sensibles a los disturbios humanos que hay a su alrededor, son aquellas que están presentes en el monte serrano. Utilizan sus recursos, se alimentan y nidifican ahí. Es su hábitat principal”, detalla Silvetti. 

El estudio registra como aves en riesgo de desaparecer al carpintero negro y al anambé común. Y las aves de arbustal como corbatita común y el petitero de collar del sotobosque. 

La investigadora detalla: “Tienen otros factores que las afectan. Estas aves son más de zonas abiertas. Se encuentran en zonas arbustales donde la vegetación es más baja y suelen andar por los bordes del bosque nativo”. 

Foto gentileza: Hernán Tolosa.

Hay un tercer grupo y son las aves generalistas, especies más flexibles en cuanto a su hábitat. Pueden utilizar el bosque, el arbustal y también frecuentan zonas urbanizadas donde obtienen los alimentos, entre ellas, el chingolo y el benteveo. 

Los datos satelitales y el trabajo de campo permiten una mirada a gran escala. Aunque la perspectiva es agobiante, se pueden construir mapas de cobertura que contemplen el cambio de uso del suelo en los últimos treinta años.  

A su vez, la científica advierte que las aves “se movilizan bastante y no solo las que están en este lugar van a ser afectadas”.

Además, los mapas de cobertura muestran el desmonte por loteos y los incendios, que en esa zona son recurrentes. El fuego es considerado una de las principales amenazas, aunque la bióloga agrega “la urbanización y el cambio de bosque serrano a bosque exótico donde predomina el siempreverde, y la acacia negra”.

Aves: una historia que se repite

Pero, “en vías de desaparecer” no es lo mismo que “extinta”. La primera hace referencia a que en un futuro inmediato estas especies pueden desaparecer por completo si no se revierte el horizonte de la actividad humana. 

De hecho, en 1999 el biólogo Federico Kopta alertaba sobre esta situación con la desaparición de once especies de aves amenazadas, como el águila coronada, el rey del bosque y la martineta. 

Otro caso similar al de Argentina es el de Estados Unidos. A fines de 2021, un grupo de científicos del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (FWS, por sus siglas en inglés) agotados por todos sus esfuerzos en encontrar al carpintero real, lo declararon extinto junto a otras 22 especies de aves, peces y moluscos. 

A pesar de la espera de las últimas cinco décadas, ningún avistamiento pudo confirmar la presencia de esta ave en la región estadounidense. Las causas que esgrime el FWS son varias, pero similares a las de la investigación cordobesa: el desarrollo sin control, contaminación de aguas, deforestación, competición con otras especies, entre otras. 

¿Revertir la deuda de extinción?

“Nosotros usamos el concepto de deuda de extinción que se utiliza mucho en ecología”, explica Silvetti sobre su estudio. Y continua: “Es un término que se asocia a la aparición de un disturbio y donde no todas las especies desaparecen inmediatamente, sino que algunas tardan en extinguirse localmente. Ese tiempo que tardan se llama deuda de extinción.”

Gentileza Simón Tagtachian

El estudio revela que las aves especialistas del bosque están en una deuda de extinción por los disturbios pasados. “Si las condiciones actuales tienen la misma tendencia es muy probable que en un futuro estas especies sean extintas localmente. No van a estar más en el bosque serrano sino que van a migrar a otras zonas donde estén más protegidas.” 

En tanto, la investigación busca contribuir en la elaboración de mapas que puedan arrojar una lectura sobre los próximos quince o treinta años. “Si se generara una restauración del bosque y si contáramos con un ordenamiento urbano se podría revertir esa pérdida a futuro”, concluye Silvetti.