El escritor cordobés Roberto Lapid narra la atrapante historia de estas dos personas, que transitaron por el siglo XX, en el libro “Pasión imperfecta”

Por Benita Cuellar

Hermosa. De labios sensuales hasta el cansancio. Su cabello rizado se desliza detrás de su rostro perfecto. Sensual mira la cámara. Recostada sobre su brazo sostiene su rostro con la mano. Sus ojos verdes traspasan la foto en blanco y negro.

Ella es la diosa de Hollywood, y está en la cima del estrellato, pero también tiene una gran pasión no solo por las artes actorales sino para algo más complejo que la determinará a ser una figura crucial en el siglo XX.

Y será reconocida como la inventora de un sistema de comunicación que nos permitirá a las generaciones futuras acceder al Wifi, Bluetooth y el GPS.

Hedy Lamarr.Foto: archivo

Es Hedy Lamarr, nacida el 9 de noviembre de 1914 en Viena, quien como pocas mujeres supo conquistar el mundo desde muy joven haciendo su primer desnudo en cine. Así la vio un hombre que se enamoró perdidamente hasta encerrarla en una jaula de oro: Friedrich “Fritz” Mandl.

Afiche de la película.

Esta historia fue investigada, develada y escrita por Roberto Lapid, escritor cordobés que, luego de varios años de investigación, la llevó a las páginas de la novela “Pasión imperfecta”.  

Y comenzó a desandar los escenarios de la Europa de antes y durante la Segunda Guerra Mundial, la postguerra, además de la provincia de Córdoba, Argentina.

La narración es atrapante y los personajes tienen un peso significativo.

El autor relata cómo comenzó la investigación de esta novela que irrumpe en distintas librerías del mundo y cosecha lectores.

Una historia atrapante

Fritz Mandl. Foto: archivo.

“Fui a una feria de libros en La Cumbre (provincia de Córdoba), salimos a dar un paseo y visitamos el Castillo Mandl, que está ubicado sobre una colina. Me llamó la atención el ingreso por un túnel. Al indagar me fueron relatando historias inverosímiles de Frizt Mandl”, cuenta Lapid.

Entre esas historias se decía que el acaudalado hombre estaba casado con Marilyn Monroe. Pero ávido de conocer la verdad y de saber quién era realmente Mandl, el escritor se comunicó con un amigo periodista que investigaba estos temas, y este le envió un artículo de un periódico donde informaba que Mandl había desembarcado en Buenos Aires con un Rolls Royce y 70 barras de oro.

Eso hizo que aumentara más su curiosidad y siguió su búsqueda para llegar a la historia personal de este hombre.

“Encontré que a los 19 años se hizo cargo de la fábrica de municiones de su padre que estaba destruida. Recién terminaba la primera Guerra Mundial y los comunistas la habían volado. La tomó y en menos de diez años tenía la fortuna número cinco del mundo”, cuenta.

Hedy Lamarr. Foto: archivo.

Mandl era muy sagaz, intrépido, excéntrico- revela- “tenía todo muy organizado, sus trajes, sus coches customizados, sus mansiones”.

No faltará mucho para que quede prendado de la belleza de una joven actriz. En 1933 vio la película checa llamada “Éxtasis” interpretada por la actriz de nombre Hedwig Eva Maria Kiesler (Hedy Lamarr), quien la filmó a los 16 años y es el primer desnudo para el cine.

“Me resultaba un misterio fuerte y a medida que seguía indagando me encontraba con mucho más”, afirma Lapid.

Es lo que le pasa con las historias-explica-. “Las hago novelas. Me gusta investigar, en archivos de prensa, judiciales, servicio de inteligencia de distintos países que son abiertos, además de testigos”, relata.

Una vez que reunió toda la información y cuando el borrador de una posible novela estuvo listo, lo envió a los hijos de ambos protagonistas. “Ellos me dieron más información, anécdotas y otras personas que estuvieron en relación con sus padres”, rememora.

Frizt y Hedy

Hedy Lamarr. Foto: archivo.

Frizt Mandl vivió mucho tiempo en La Cumbre, llegó escapando de los nazis. Primero, desde Austria a Francia, y luego a Argentina, donde él ya tenía propiedades. Se hizo amigo de Juan Domingo Perón cuando este era agregado militar en la Embajada de Argentina en Roma, Italia.

Y también se hizo amigo de Benito Mussolini a quien vendía armas, y además este lo conectó con Adolf Hitler y Francisco Franco. “Les vendía armas a todos ellos”, afirma Lapid.

Se casó cinco veces, la segunda esposa fue Lamarr. Vivieron en un castillo en Salzburgo, Austria.

“Ella era superdotada y hablaba varios idiomas. Allí hacían muchas reuniones. El castillo está cerca de la frontera con Alemania. En ese momento, Hitler subía al poder. A Frizt le resultaba fácil hacer negocios y recibían a estos personajes en el castillo”, subraya.

Los padres de Lammar eran judíos. Su papá trabajaba en un banco y se convirtió al catolicismo por el antisemitismo. “Fueran unas de las excusas por la cuál lo persiguieron a Mandl pero en realidad se querían quedar con su fábrica”, destaca.

Hedy Lamarr. Foto: archivo.

Por varios años la pareja vivió en el castillo. Los dos tenían personalidades muy fuertes. “Les costaba encontrar alguien que estuviera a su altura. Sus egos eran muy altos y cada uno tenía amantes. Eso creó una situación por la cual fue una pasión imperfecta”, expresa.  

Al tiempo, Llammar terminó escapando de “la jaula de oro”. Llegó a Londres, Inglaterra, y al embarcarse en el transatlántico Normandie con destino a Estados Unidos, conoció a Louis Mayer, magnate de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), quien inmediatamente le dio trabajo.

Llegó a Hollywood, cambió su nombre a Hedy Lamarr y pasó a ser “la mujer más bella de la historia del cine”. Actuó en al menos 30 películas, entre ellas Camarada X, Cenizas del Amor, Sansón y Dalila, convirtiéndose en una estrella.

Pero, además, como ingeniera en telecomunicaciones inventó un sistema de comunicación para torpedos en las batallas navales de la Segunda Guerra Mundial, y así evitar que los espías aliados fueran descubiertos tan fáciles.

Frizt Mandl. Foto: profil.at

Se trataba de un sistema de detección de torpedos teledirigidos, que crearon junto a su amigo, el compositor George Antheil, inspirado en un principio musical. Este funcionaba con 88 frecuencias, las equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético.

Esta idea, mantenida en secreto por el Ejército, y patentada junto a Antheil, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología Wi-Fi.

En 1998 la Electronic Frontier Foundation concedió a Hedy Lamarr y George Antheil el Premio Pionero de ese año, reconociendo su contribución al desarrollo de las comunicaciones basadas en ordenadores.

Antheil murió sin conocer su aportación a la tecnología y Lamarr no fue a recoger el premio otorgado tan tardíamente.  Falleció a los 85 años el 19 de enero del 2000 en Caselberry, Estados Unidos.

El castillo de Mandl

El castillo de Mandl en La Cumbre, Córdoba, Argentina. Foto: gentileza tripin.travel.

Mandl llegó a La Cumbre y desde las sombras, con Perón, manejó la industria metalmecánica. Aportó a la creación de Fabricaciones Militares, Altos Hornos Zapla, entre otras- sostiene Lapid.

“Luego de la guerra, los aliados lo acusaron de ser un agente nazi y le embargaron todo. Libraron una orden de captura y recibió una ayuda impensada”, dice Lapid.

El empresario tuvo seis matrimonios. Su hijo mayor estuvo de novio con la hija de uno de los militares que complotó contra Hitler. “Esta mujer vino a la Argentina. Mandl ‘le robó la novia a su hijo’ y se casó con ella. Y en 1977 cuando estaba enfermo, lo llevó a Austria, lo hizo modificar el testamento y ella se quedó con la mayor fortuna”.

Después de 20 años, a través de un juicio, su familia logró recuperar algo de los bienes. Uno de ellos es el castillo de La Cumbre.

“Durante el gobierno de Carlos Menem, se lo prestaron a Hugo Anzorreguy, quien estaba a cargo de la SIDE, ex Secretaría de Informaciones de Estado, con quien tenían mantenían una relación de amistad y después funcionó como hotel. Actualmente, lo usan algunos de los familiares de Mandl”, narra Lapid.  

Mandl murió el 8 de septiembre de 1977 en Viena, Austria.

Una puerta que se abre al mundo

Para Lapid la literatura es una puerta que lo lleva a distintos lugares.  Y este libro, “Pasión imperfecta”, es eso.  Más allá que me gustó escribirlo, lo interesante fue conocer los lugares, las personas, situaciones que no me hubiera imaginado en mi vida”, rememora.

Las vidas de estos protagonistas estaban tapadas y merecían develarse. “Cuando estaba investigando me contactó la directora (Alexandra Dean) del documental sobre Lamarr (Bombshell). Intercambiamos información y ahora están haciendo una miniserie”, adelanta Lapid.

Sinopsis de “Pasión imperfecta”

Tapa del libro.

Fritz Mandl es un joven austríaco se hace cargo a sus 19 años de la destruida fábrica de armas de su padre y llega a poseer, en una década, una de las fortunas más grandes del planeta. Es rico, excéntrico, poderoso, mujeriego y astuto; un personaje surrealista, adorado y temido por muchos. Durante la preguerra, en los años 30, sus clientes son Mussolini, Hitler y Franco; entre otros. Sus amigos Truman Capote, Hemingway, Orson Welles, el Gral. Perón y Eva Perón.

En 1933 al ver la película “Extasis”, donde la actriz Hedy Kiesler interpreta el primer desnudo total femenino y el primer orgasmo en la pantalla grande, se enamora de ella y se casan.

Hedy, era una joven bella y superdotada, estudiaba ingeniería y teatro. Tenía además una vida plagada de amantes. Tras filmar Éxtasis se casa con Fritz y luego de una pasión desenfrenada él la encierra en su castillo de Salzburgo donde realiza eventos con políticos, empresarios y jueces.

Tras varios años de matrimonio el arrebato de amor se diluye, para dar paso al encierro indeseado de Hedy.

Hedy escapa a través de Europa y en un transatlántico con destino a Nueva York conoce a Louis B. Meyer, presidente de la Metro Goldwyn Meyer; antes de llegar a destino firman contrato y ella pasa a ser Hedy Lamarr, la mujer más bella del cine, una triunfadora como famosa actriz en Hollywood.

Pero Hedy no es solo belleza y glamour, es también poder, inteligencia y trabajo; ella inventa y patenta un sistema de comunicaciones para teleguiar torpedos y asegurar los contactos entre los aliados durante la guerra. Es el sistema que utilizamos hoy para comunicarnos con los teléfonos móviles, el Wi-Fi, el Bluetooth y el GPS.

Una historia verdadera que acontece entre una Europa en guerra, los Estados Unidos y Argentina.

El Glamour de Hollywood se entremezcla con la crudeza de la guerra europea. Emboscadas, cárceles, peculiares inventos, campos de concentración, trampas, intrigas, secretos y pasión se suceden en esta historia verdadera que atrapa al lector desde su primera página.

Bio del autor

Roberto Lapid nació en Córdoba, Argentina. Publica artículos, reportajes, notas editoriales y crónicas en diarios y revistas de Argentina. (La voz del Interior, Comercio y Justicia, Ámbito Financiero, Revista Desterrados y otros).

Es arquitecto por la Universidad Nacional de Córdoba y estudió Bellas Artes en la Escuela Provincial Figueroa Alcorta. Entre 2002 y 2006 fue presidente de la Filial Córdoba de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas)

Escribe novelas históricas basadas en casos reales, como Dizna Mensaje desde el Pasado, El Enigma Weis y Pasión Imperfecta. Se caracteriza por la profunda investigación que realiza para sus textos.