Bajo la corteza: un film y el drama del fuego
El film Bajo la corteza, opera prima de Martín Heredia Troncoso, retrata los incendios forestales, los trabajos, el desarrollo, la comunidad. Estrenado en marzo 2022, la película invita a reflexionar a través de la historia de un trabajador rural.
Por Amira López Giménez
El fuego acapara la pantalla grande. Las imágenes de archivo tomadas desde el año 2015 en Córdoba (Argentina) forman parte de este film que por intervalos rescata las capturas televisivas que registraron el avance de los incendios sobre los cerros.
Es una imagen común durante los veranos de la región. Las columnas de humo, las noticias de incendios forestales, las sirenas de los bomberos, la formación de brigadas ciudadanas, la angustia porque se pierden casas, tierras, bosques. Es una realidad recurrente, pero es una de las primeras ocasiones en que se la lleva al cine.
La película pone el protagonismo en César Altamirano (Ricardo Adán Rodríguez), un trabajador rural de pocas palabras, pero con una emocionalidad profunda que se revela en su rostro. La cámara se detiene en esa mirada que expresa más que sus líneas.
César se encuentra en una contradicción recurrente para la región. El cuidado ambiental, el “hacerlo bien” contra la ausencia de trabajo, el derrotero personal. “Descuide patrón, yo confío,” es una de las líneas que muestra las necesidades que lo llevan a cumplir las órdenes de Héctor Zamorano, interpretado por Pablo Limarzi. Y también lo llevan al dolor.
La película fue filmada en el año 2019 entre septiembre y octubre. Fue un rodaje de cuatro semanas realizado íntegramente en el Valle de Traslasierra (Córdoba). Las localidades principales fueron Las Tapias, Villa de las Rosas y Villa Dolores.
El film invita a construir la película entre los tiempos de las acciones de cada personaje y el espectador puede poner sus vivencias en ella. Bajo la corteza, es la opera prima de Martín Heredia Troncoso. El film se proyecta en las salas INCAA del país y en algunas de ellas se presenta su director junto al elenco.
Detrás de cámaras
“Soy de Traslasierra y viví ahí hasta que me fui a estudiar a Córdoba”, sostiene de entrada Heredia. “Los incendios forestales son una realidad constante, siempre recuerdo que en una época del año empieza a verse las columnas de humo en las sierras. Es un tema que siempre me dio vueltas en la cabeza”, indica.
“El 97% de los incendios son intencionales, y queríamos ver a través de nuestro personaje, un trabajador rural, un desmontador, las circunstancias y las razones que lo llevan a estar implicado con este tema”, dice Heredia sobre su film que busca hacer foco en la cuestión humana de los incendios.
No es la primera vez que el cine presenta las contradicciones y tensiones entre el cuidado ambiental y el desarrollo económico. “Cuando estábamos escribiendo el guion, uno de los temas más latentes era la cantidad de trabajo informal que existe, en particular en las actividades rurales. Y cómo esa informalidad quita las herramientas para sostener los trabajos”, reflexiona Heredia.
Rodríguez fue seleccionado de un casting abierto y en su vida real es desmontador. Cuenta con una pequeña formación actoral y su papel es una expresión más de su propia vida. “Cuando comenzamos a escribir el guion me pareció importante que los personajes tuvieran esa impronta serrana, ‘chuncana’. Que se escuche la manera de hablar de Traslasierra. Nos parecía central que el actor principal fuera de la región”, desliza el director sobre la búsqueda de autenticidad en el relato.
“En el elenco trabajamos con Eva Bianco y Pablo Limarzi. Ellos tienen experiencia trabajando con actores no profesionales. Se generó una linda química, una experiencia que siento como ‘orgánica’. Otros personajes como Miguel Sánchez (amigo) y Kevin Calderón (sobrino) también surgieron del casting”, agrega.
Al otro lado de la pantalla
En Argentina, las películas cuentan con la posibilidad de ser proyectadas en las salas INCAA, y en muchas ocasiones se presentan las personas que forman parte de la dirección y del elenco para debatir y conocer distintas miradas.
Martín dice que es una tarea linda, pero que a su vez es difícil dar opiniones cuando la película acaba de ser proyectada y apenas procesada por el público. “En general, la primera lectura tiene que ver con comprender y con ponerse en la piel del personaje, comprender la situación frágil. Hay mucha empatía con la posición en la que se encuentra el personaje principal”, refiere Heredia.
Para este director la película no representa una publicidad, sino más bien, una toma de conciencia reflexiva. “Lo que me gustaría que pase es que la gente pueda tomar más conciencia de los problemas ambientales que hay y que hace falta exigir que las leyes de protección de los bosques y de los humedales se cumplan. Es un llamado a la acción, aunque no está dicho explícitamente”, concluye Heredia Troncoso.