El lago fue descubierto a principios de mayo, tiene el tamaño de una ciudad y se encuentra en la Tierra de la Princesa Isabel, Antártida Oriental. Los científicos señalan que este helado sedimento puede dar indicios sobre cómo era el continente millones de años atrás, antes de congelarse.

Por Amira López Giménez


El lago, conocido como Snow Eagle, está cubierto por unos tres kilómetros de hielo y se encuentra bastante lejos de la costa. “Es probable que tenga un registro de toda la historia de la capa de hielo de la Antártida Oriental, su inicio fue hace más de 34 millones de años, así como su crecimiento y evolución a lo largo de los ciclos glaciales desde entonces”, dijo Donald Blankenship, experto polar y coautor del estudio publicado en la revista Geology

El experto agrega que las observaciones sugieren un cambio significativo en la capa de hielo que data de unos 10.000 años. Las causas aún se desconocen.  Shuai Yan, principal investigador y dueño del descubrimiento saltó de su silla cuando observó la depresión en la imagen satelital. Acto seguido, subió al avión Snow Eagle (de ahí el nombre del nuevo lago) para corroborar con sus ojos lo que había visto.

El Snow Eagle se encuentra en un cañón de la Antártida Oriental. Foto gentileza de la Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, Austin.

Con el uso de un radar y desde el avión, determinaron su extensión en unos 48 kilómetros de largo y 14 de ancho. La idea de científicos del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas en Austin, es perforar la capa de hielo que tiene un grosor de 300 metros y llegar a los sedimentos para estudiar su antigüedad.

Este aspecto puede brindar datos claros sobre cómo era el período previo en la Tierra antes de que la Antártida se congelara. La esperanza esta puesta en estos bloques de hielo que pueden resolver la incógnita sobre el calentamiento global.

Hielo que se derrite

El aumento de la temperatura en el planeta ha marcado los últimos años de descongelamiento, aunque puede ser parte de un proceso natural. En este sentido, del otro lado de la Antártida, en la parte occidental, científicos estudian la incidencia del calentamiento global en el hemisferio congelado.

Alfredo Costa, en diálogo con Con Texto, responde algunas inquietudes de este proceso de descongelamiento y que, de algún modo, permitió el avistamiento de este lago a kilómetros de su sede de estudio.

“Cuando hablamos de Calentamiento Global hablamos del aumento en el último siglo de la temperatura mundial. Pero cuando hablamos del aumento observado en Antártida, hablamos de uno de los lugares del planeta con mayores cambios en las últimas décadas”, apunta de entrada Costa.

Antártida Occidental. Foto gentileza de Cristian Lagger.

El deshielo en la Antártida data de unos 70 años atrás, pero los expertos subrayan la relevancia de distinguir este deshielo del proceso de calentamiento global. Es una cuestión antropogénica. “El deshielo natural comenzó a producirse en los últimos 12 mil años como resultado de la salida de la última glaciación, cuando comenzaba el período que se conoce como Holoceno”, subraya.

“Es importante diferenciar dos grandes zonas de cambio en la Antártida. Por un lado, el interior del continente o Antártida Oriental que no ha mostrado importantes calentamientos, e inclusive, algunas zonas de enfriamiento. Y la Península Antártica y Antártida Occidental, las cuales presentan el mayor aumento de temperatura en las últimas décadas”.

El aumento de la temperatura en la Península Antártica promedia unos 2.5° en los últimos 70 años, muy por encima del 1.1° de aumento a nivel global. De hecho, después del Ártico, es la región del mundo que más se calentó en las últimas décadas.

Reserva de agua dulce

Costa señala que el deshielo, como efecto de la actividad humana, es un proceso irreversible. Los glaciares y las barreras continuarán con su retroceso, aunque un cambio radical del comportamiento humano puede cambiar el horizonte.

“Es recién en la escala de siglos o milenios donde podría pensarse en una recuperación. La Península Antártica está cambiando, donde antes nevaba en verano ahora llueve, donde antes había solo roca y nieve, ahora comienza a aflorar pasto en lugares donde no debería”.

Antártida Occidental. Foto gentileza de Cristian Lagger.

La Antártida es valiosa por ser una enorme reserva de agua dulce para el planeta. Cabe destacar que la Antártida Oriental, donde recientemente descubrieron el lago con el tamaño de una ciudad, contiene la mayor parte de la reserva de agua dulce en tierra.

Pero el agua no es su único valor, también lo es la enorme posibilidad que ofrece como lugar de estudio del planeta. El reciente descubrimiento pone nuevamente en el centro de la atención a la Antártida.

“Es un laboratorio natural del cual se puede obtener valiosísima información del pasado lejano de nuestro planeta. A lo largo de 40 bases permanentes de más de 20 países, más las bases temporarias, se llevan a cabo investigaciones de la más diversa variedad, desde el estudio de la ionósfera en la alta atmósfera hasta las corrientes de aguas profundas en el océano”, indica Costa.