La empanada es sinónimo de encuentros y tradiciones que congrega a visitantes del país y el mundo en el Campeonato Nacional de la Empanada en esta ciudad tucumana.  La receta y por qué es la mejor empanada.

Conocer Tucumán, Argentina, a través de sus sabores es una de las tantas posibilidades que ofrece esta provincia a los visitantes del país y del exterior. El abanico de exquisiteces típicas va desde la humita, el locro o el tamal, hasta el imperdible “sánguche de milanesa”, más urbano y contemporáneo.

Sin embargo, donde hay coincidencia a la hora de definir al plato más tradicional de esta bella provincia, es en la empanada.

Y Famaillá, más precisamente, es quizás “la Meca” de este manjar criollo extendido a todas las latitudes del país, que en cada región adopta sus propias recetas y formas de elaboración. No en vano, esta localidad tucumana es considerada la Capital Nacional de la Empanada.

Nacida en 1979, la Fiesta Nacional de la Empanada se desarrolla a la vera del río Famaillá. Donde se elige año a año a su máximo representante en las manos de la empanadera o el empanadero más talentoso para llevar en alto esta bandera gastronómica por el país y el mundo.

Famaillá, más precisamente, es quizás “la Meca” de este manjar criollo extendido a todas las latitudes del país. Foto: Turismo Tucumán.

Desde hace 43 años la música y la comida tradicional se conjugan para congregar a miles de visitantes de Argentina y el mundo. Y ser testigos de la coronación de la Campeona o el Campeón Nacional de la Empanada. Este año, la fiesta será desde el viernes 9 al domingo 11 de septiembre.

Diferencia entre la tucumana con las del resto del país

 El secreto está en la masa, el secreto está en el relleno, el secreto está en la mano de quien la cocina. El secreto está, precisamente, en Famaillá.

Jugosa, con carne de matambre cortada a cuchillo, hervida en un delicioso caldo que luego se reserva para utilizar en el resto de la preparación, lleva cebolla de verdeo rehogada y huevo duro picado.

Además, el cierre se hace con 13 repulgues, como algunos dicen en referencia a los 12 apóstoles y al propio Jesús. Tanto cocinadas al horno de barro como fritas en grasa, obligan al comensal a consumirlas a “piernas abiertas” para evitar quemarse o mancharse la ropa con sus jugos.

El cierre se hace con 13 repulgues. Foto: gentileza Turismo de Tucumán.

Este preparado único que se convierte en la empanada tucumana ya dirimió a sus ganadoras en las 42 ediciones del Campeonato donde intervienen cocineras expertas en elaborar esta empanada, compitiendo ante un jurado especializado que tiene el gusto de elegir a la mejor.

Ni la pandemia frenó este evento que en septiembre del 2020 se hizo vía zoom y que retomó la presencialidad el año pasado, con el regreso de los ranchos y los músicos en vivo al predio “Simeón Nieva”, con miles de espectadores y comensales ávidos por probar este manjar criollo.

Para este 2022, la Fiesta redobla su apuesta y convoca a los artistas más renombrados de la escena (musical) argentina y de distintos géneros.

Abel Pintos, Los Nocheros, L’Gante, El Oficial Gordillo, el Rey Pelusa o los cumbieros mexicanos Los Bybys serán los números centrales del escenario “Luis Sandrini”, con una entrada general de 1.000 pesos.

La Fiesta se inicia aún antes del mediodía, cuando se encienden las decenas de hornos de barro alimentados con leña de la zona, donde se alojarán los manjares y los sueños de muchas mujeres y hombres que buscan quedar en la orgullosa y rica historia de un pueblo que vive al pulso de sus tradiciones y del empuje de sus trabajadores.

En el campeonato intervienen cocineras expertas. Foto: Turismo Tucumán

Voces de campeonas

Para la Campeona de la Empanada 2020, Ana Laura Cejas, preparar este manjar es parte de su vida.

“Mi mamá preparaba empanadas para vender y siempre quiso participar del Festival, pero mi papá no quería. Yo cocino y vendo empanadas desde los 12 años, hasta llegué a vender 45 docenas un domingo (540 empanadas hechas solamente por ella)”, relata.

Y explica que cuando pudo participar del Campeonato en el 2013 fue subcampeona y en el 2020 resultó ganadora. “Mi mamá ya no está, pero se lo dediqué a ella”, dice Ana, que nació y se crió en Famaillá.

A su vez, remarca: “Aquí todos me conocen. Vivo a tres cuadras del cabildo del Parque Temático y la gente pasa y me compra las empanadas”. Y agrega que es costumbre probar la empanada de carne con unas gotitas de limón, otro producto de esta tierra y que le ofrece un toque cítrico como condimento a las empanadas.

Ana Laura Cejas, campeona de la Empanada 2020. Foto: Analía Jaramillo.

En esta ciudad del centro de la provincia de Tucumán, durante el Festival de la Empanada de 2008, se certificó y registró la Receta Oficial.

“Desde ese momento se fijó que la empanada tucumana se hace con carne de matambre cortada a cuchillo, cebolla de verdeo, cebolla blanca, huevo duro, comino y pimentón”, explica Cristina del Valle Rojas Lazarte Juárez, campeona en ese año y autora de esa receta.

Lazarte Juárez fue quien además abrió el ciclo del Instituto Nacional de Promoción Turística “Morfar” en las redes sociales, como chef que brindó para el mundo el paso a paso de este manjar emblema de la gastronomía tucumana.

La receta

Los que saben aseguran que uno de los secretos de la excelencia de la empanada tucumana es que se elabora con carne de matambre cortada a cuchillo. Pero también coinciden, con rigor casi científico, en que además es necesario destacar “la mano” de la empanadera como factor determinante para el toque final en este manjar criollo.

Pero comencemos por desentrañar los secretos de esta receta tan particular, que resume quizás 500 años de historia de la empanada a lo ancho del mundo y que toma su sabor tan especial y único en esta parte del continente americano, en el Jardín de la República Argentina.

La receta resume quizás 500 años de historia de la empanada. Foto: Analía Jaramillo.

Para el relleno se utiliza un kilo de matambre de vaca, una cebolla de verdeo, dos cebollas blancas, seis huevos duros, comino, sal y pimentón dulce.

En primer lugar, se tierniza el matambre en una olla con agua hirviendo que formará un caldo al que reservamos para más adelante. Luego, en una sartén se rehoga la cebolla blanca y cuando está lista, se apaga el fuego.

Entonces, se añade la cebolla de verdeo y se condimenta con un poco de comino y pimentón. Se agrega el matambre cortado en cubitos chicos. Se deja enfriar y al final, se agrega el huevo duro cortado o pisado.

Hagamos la masa

En la mesada formamos un volcán con 1 kilo de harina 0000 y ahuecamos el centro, en forma de corona, donde colocamos 200 gramos de grasa a temperatura ambiente.

Amasamos hasta unir y la hidratamos con 2 tazas de caldo de la cocción del matambre mezclado con sal. Luego hay que probar que la masa no quede ni muy húmeda ni muy seca y se la deja reposar una hora.

De esa masa se arman bollitos que entran en la palma de la mano y nuevamente a reposar entre 15 minutos y una hora para evitar que se infle la empanada en el horno.

Se coloca el relleno en el centro y se hacen los repulgues. Foto: Analía Jaramillo.

Finalmente, se estiran los bollitos con el palo de amasar hasta obtener las tapas. En el centro se coloca el relleno, se estiran un poquito los bordes para unirlos y hacer los 13 repulgues que marca la tradición.

Después, se las lleva al horno de barro caliente durante unos minutos y se comienza a disfrutar de las empanadas tucumanas. Es un manjar inigualable.

Te puede interesar: La historia de las medialunas y su identidad porteña

Los tips de las expertas

–          La verdadera empanada tucumana tiene su receta registrada, pero a simple vista, hay un detalle insoslayable: 13 repulgues. Uno por Jesucristo y el resto, por los doce apóstoles, los discípulos.

–          Siempre se prepara el relleno con matambre, lleva comino de condimento y huevo duro, cortado, pisado con un tenedor o pasado por el rallador.

–          El tamaño es el de la palma de la mano y la cantidad de relleno para las “tapitas” es de dos cucharadas soperas.

–          Salmuera. Agua y sal, probar y si es amable para nuestra boca, es perfecta para humedecer la masa de la empanada.

Famaillá, la patria de la empanada

Una traducción de la palabra Famaillá hace referencia a “sitio para descansar” en lengua quechua, mientras que otra interpretación habla de “pueblo de la Madre Luz”.

La ciudad está ubicada a 36 kilómetros al sudoeste de San Miguel de Tucumán y su vía de acceso es la ruta nacional 38. Y propone un paseo en torno a su plaza principal engalanada con un peculiar paisaje de tierras fértiles y antiguas fábricas azucareras que se aglutinan en sus cercanías.

Es cabecera del departamento del mismo nombre, y ofrece también al visitante un paseo temático histórico con réplicas del Cabildo de 1810 y la Casa Histórica de la Independencia, en el cual se pueden degustar los platos típicos de la región.

Faimallá, Capital Nacional de la Empanada. Foto: https://www.welcomeargentina.com/

Además, un balneario municipal invita a pasar un día en familia al aire libre, y conocer en ese mismo predio el Parque Jurásico, con figuras que representan las diferentes eras prehistóricas. Este balneario abre sus puertas de martes a domingos de 9 a 19 Hs.

Asentamientos con historia

El asentamiento de habitantes originarios en la región, como en el resto del territorio que hoy compone la provincia de Tucumán, se remonta a siete milenios, posiblemente antes incluso de la presencia de la cultura Tafí.

Y hace más de dos mil años se establecieron aquí pueblos agricultores y recolectores. A mediados de siglo XVI la corona española invadió la zona, pero la usurpación de tierras que los europeos venían a realizar a este continente se topó con un férreo obstáculo: la resistencia de los así llamados Diaguitas, en especial la presentada por la parcialidad que los ibéricos denominaron Calchaquíes, quienes protagonizaron las famosas Guerras Calchaquíes.

Ruinas de Quilmes. Foto: mitucumán.blogspot.

La primera vez que el español entró en contacto con los pueblos originarios de la zona fue en enero de 1543. En ese momento, dentro de su territorio convivían los Quilmes, los Colalaos, los Ancalianes, los Amaichas y los Pichaos, entre otros.

Los Famaillaos, la parcialidad de los Diaguitas que da nombre a la localidad de Famaillá, fueron desterrados de los valles de Tafí y Yocavil en 1658 cuando el gobernador del Tucumán, Alonso de Mercado y Villacorta, impulsó la campaña de desnaturalización de los pobladores originarios como una maniobra concebida para terminar con la resistencia indígena.

Datos útiles para visitar Famaillá

–          Desde San Miguel de Tucumán, por Autopista Ruta Nacional 38 hacia el sudoeste, 36 kilómetros de distancia.

–          En colectivo, entre 30 y 50 minutos de viaje desde la Terminal de Omnibus, a un precio aproximado de 500 pesos (empresas interprovinciales) o a 300 pesos aproximadamente por líneas interurbanas. En taxi, 25 minutos de viaje a un valor aproximado de 2.000 pesos.

–          Alojamiento: Hotel Famaillá. Sarmiento 235, teléfono 03863-462262.

–          Sitios de interés: Parque Temático Histórico del Bicentenario (Ruta Provincial 301, abierto todos los días). Balneario Municipal Río Famaillá (calle Sarmiento s/n). Monumento a Mercedes Sosa (Ruta Provincial 301). Parque Jurásico (Parque del Bicentenario, Ruta Provincial 301).  Réplica del Vaticano (Entrada del cementerio de la ciudad).