Los años de clandestinidad quedaron en el pasado, hoy la semilla de cannabis en Argentina hace historia y se convierte en un modelo para el mundo. Breeders de todo el país pueden registrar sus semillas, lo que representa un puntapié trascendental para la ciencia y el desarrollo del cannabis nacional.

Por Amira López Giménez


Para Giménez Gabriel, Director Nacional de Articulación Federal del INASE, las semillas certificadas de cannabis le dan un valor agregado a la comercialización desde el primer eslabón de la cadena. Productores cannabicos ponen al país a la vanguardia con un trabajo de calidad y años de desarrollo. La semilla nacionalizada durante los años de la clandestinidad, ahora hace historia.

A mediados del año 2022 Argentina habilitó la industria del cannabis medicinal y de cáñamo. El objetivo del Poder Ejecutivo en esta materia es claro: las cooperativas deben ser las protagonistas de la producción cannabica. En este sentido, distintos grupos de personas emprendieron en la producción de semillas de manera legal, aunque los miedos por el monopolio farmacéutico siguen vigentes.

De todos modos, en este periodo de tiempo se registraron cuatro semillas que se pueden vender y adquirir en el territorio nacional. El registro continúa, y se esperan más semillas con genéticas propias, nacionales, desarrolladas durante años por necesidad. Algunos ejemplos son Criar y Sweed Lab.

Cooperativa Cannabica

Criar es una cooperativa de once personas en sus cuarenta años de edad, pero con más de veinte en experiencia en la producción de semillas. El grupo está decidido a “poner el pecho por la planta”. Y no es para menos, los años de prohibición generaron la clandestinidad del cannabis y con ello, la lucha para quitarle la calificación de droga.

Mamá Cultiva, grupo de mujeres madres que dieron el primer puntapié en la legalización por la salud. La fotografía fue tomada durante la aprobación de la ley 27.669. Gentileza de Télam.

La sala indoor de Criar sacó a la luz la primera tanda de semillas con un alto contenido de CBD que fueron registradas en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) de manera reciente. Luego de su aprobación, las mismas podrán ser comercializadas para los pacientes inscriptos en el REPROCANN (Registro de Programa de Cannabis).

Desde este organismo confirman que ya hay más de 70 pedidos de inscripción para distintas variedades. Según la revista especializada THC, más del 80% corresponden a producciones nacionales. Podría decirse que el cannabis ya es nacional, a pesar de que su origen sea distante a estos territorios.

El trabajo para desarrollar una genética implica adaptar la especie al clima, al agua, a los minerales que recibe, a los cuidados necesarios, al cruce con otras especies, a la prueba y el error, al ensayo con el propio cuerpo. El trabajo es titánico, lleva años, y muchos de ellos fueron de manera ilegal.

Mamá Cultiva, gentileza de Télam.

Nicolás Geniso, Presidente de Criar, supo decir para THC: “No queremos que el trabajo quede en manos de empresas que nada tienen que ver con esto y absorban el laburo por su posición económica dentro del mercado”. No es para menos, Argentina sufre de monopolios farmacéuticos no regulados que acaparan semillas y es el miedo de muchos productores pequeños.

Criar cuenta con tres salas indoor, una para floración y crecimiento de semillas, y otras dos para madres y esquejes. El trabajo conjunto los llevó al desarrollo de dos genéticas, bautizadas con el nombre de la cooperativa, una índica y otra sativa. Ambas genéticas fueron adaptadas a la región, tanto para el clima, el agua y los minerales. Es decir, hacer crecer alguna de estas variedades de Criar es más sencillo y accesible.

El primer banco de semillas cannabicas

Los pasos son notables para un país donde el cannabis era motivo de prisión. Hoy, Argentina cuenta con el primer banco de semillas de cannabis totalmente legal y regulado. Sweed Lab, que también forma parte de Criacann (la cooperativa de Criar) es otro emprendimiento que nació clandestino y hoy registra sus variedades en INASE, el laboratorio nacional.

Criar y Sweed Lab, dos apuestas a la genética nacional del cannabis. Gentileza a quien corresponda.

Se trata de una de las variedades más perfeccionadas en el territorio nacional: la Tropicana WFC. Sus creadores, Facundo Meligene y Federico Eichhorn, se conocieron haciendo música tributo a Ramones, la emblemática banda del punk en el planeta.

Su semilla nominada como Tropicana WFC cuenta con un mayor grado de TCH, un sabor cítrico y coloración violácea. Según comparten con THC su variedad está adaptada a todos los sistemas de cultivos, en interior, exterior, hidroponía y florece entre ocho y nueve semanas. Un récord si se considera que una planta regular en exterior tarda un promedio de seis meses.

Comprar semillas

Ya desde principios de julio 2022 es legal comprar semillas. La resolución Nº 260 legaliza la adquisición de semillas a cualquier persona, o bien, comprar ya no es un delito. También habilita la comercialización de esquejes y plantines.

Eso sí, detalle importante, solo pueden adquirirse de manera legal las semillas y derivados que estén registrados ante el INASE. Debe respetarse rótulos y descripciones específicas exigidas por la institución.

Los growshops también forman parte de esta legalización, como una especie de engranaje esencial para la comercialización cannabica. Para vender semillas, tanto growshops como personas interesadas, deben inscribirse en el Registro Nacional de Comercio y Fiscalización de Semillas, disponible en el sitio online de INASE.

El proceso demora unos siete días y hay que abonar un arancel por el trámite, valor que se determina según la categoría de registro. Tiene un funcionamiento similar a un carnet de conducir, ya que, el registro deberá renovarse cada un año.

Por último, es relevante destacar que la tenencia y siembra sigue siendo un delito para la ley de drogas (23.737), salvo que la persona se inscriba en el REPROCANN. Dejamos link a disposición.

Fuentes utilizadas: THC Revista.