Bariloche, una de las ciudades más turísticas, contará con el primer observatorio volcánico de vigilancia. El país forma parte del Cinturón de Fuego. Cuenta con unos cuarenta volcanes activos a lo largo de la cordillera y un antecedente reciente en el año 2011 con el Caulle Puyehue.

Por Amira López Giménez


Los últimos días de octubre 2022 fueron auspiciosos para la comunidad volcánica de Argentina. En las proximidades a la belleza del Parque Nacional Nahuel Huapi, las autoridades nacionales se reunían para cortar la cinta inaugural con el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) del primer observatorio de vigilancia volcánica. 

No es para menos, el país contabiliza cuarenta volcanes activos que abrazan la cordillera a lo largo del territorio. Lejos de la ajetreada Buenos Aires y más aún de la llanura pampeana. El primero de ellos es el Pali Aike en Santa Cruz, donde comienza un recorrido que termina en Jujuy con el Cerro Tuzgle. 

Monte Pissis, Catamarca, Argentina. Gentileza de Descubrir Turismo.

La historia volcánica no es nada despreciable y de hecho, el observatorio es necesario. Tanto el centro del país como el lateral cordillerano muestran evidencias de volcanes. Algunos de ellos ya extintos o inactivos, y otros bajo vigilancia. De hecho en el 2011 y 2008 la Patagonia se tiñó gris.

Podría decirse que Argentina ocupa un podio imaginario junto a los países con más volcanes, al menos entre los primeros diez y por supuesto, después de Chile. Pues, esta región tiene numerosas chimeneas por su proximidad y características geológicas y territoriales en torno a la Cordillera de los Andes.

Volcán Incahuasi, Catamarca. Gentileza de Descubrir Turismo.

Bien se conoce que esta columna vertebral en América integra el Cinturón de Fuego, un extenso anillo que bordea la placa tectónica del Pacífico. El choque de placas y el factor determinante del agua (subducción), originó estos volcanes y su magma.

Cabe destacar que, para muchos especialistas, un volcán se considera activo si ha tenido alguna erupción en los últimos 30 años. Se los tilda de “latentes” si su forma sugiere algún tipo de actividad, al estilo de un géiser o erupción de cenizas, en los últimos diez mil años. Superando esa barrera, se los nombra como “durmientes”. 

Córdoba también tiene volcanes

En un estudio publicado en UNC Ciencia por Guillermo Goldes (divulgador científico) y la geóloga Giselle Carino aseguran que el riesgo nunca es cero. Con volcanes que se consideran extintos o de bajo peligro, Córdoba cuenta con dos zonas interesantes, asegura el dúo investigativo.

La región Pocho ubicada al oeste provincial tiene volcanes como el Yerba Buena, Poca, Boroa y el Véliz. Sus últimas erupciones fueron hace cinco millones de años. La otra zona es más antigua y se encuentra en Los Cóndores. “Son volcanes muy desgastados asociados a la ruptura del ancestral supercontinente de Gondwana. Estuvieron activos hace unos 120 millones de años”, indican en su espacio. 

Córdoba, Argentina. Gentileza UNC Ciencia.

Ahora bien, la provincia se ubica al medio del territorio nacional, por lo que tener un volcán es extraño. Pero al igual que las Sierras Pampeanas, la geografía es el producto de una subducción de las placas de Nazca con la Sudamericana, fenómeno que elevó el terreno y formó los volcanes. 

Más allá, los investigadores aseguran que la verdadera perla volcánica es Mendoza. En la reserva natural Payunia se encuentran más de 800 volcanes extintos. Se trata de una especie de aglomeración geológica que genera un paisaje agreste y sorprendente. 

La erupción volcánica más grande también es argentina

Así lo afirmó el grupo investigativo argentino-español allá por el año 2019. Las cenizas fueron encontradas en un radio de 400 kilómetros de distancia. El volcán es el Cerro Blanco de Catamarca y su erupción ocurrida hace 4.200 años esparció cenizas hasta en Santiago del Estero. 

La investigación fue liderada por Fernández Turiel y la hipótesis inicial era determinar el vínculo entre el arsénico del agua y las cenizas volcánicas. Asimismo, cientos de muestras de cenizas en la región andina señalaron a esta única erupción con miles de años de antigüedad. 

Cerro Blanco. Gentileza de Fernández Turiel.

Turiel agrega que esto cambia la mirada sobre las actividades volcánicas del país. Hasta hace un tiempo, se pensaba que todos funcionaban de la misma manera, sin importar la región donde se ubicara un volcán. “Aquí lo que hemos visto es que hay pocas erupciones, pero con un gran volumen de magma y muy alta explosividad”, sostiene Turiel. 

Además, en las cercanías de Cerro Blanco, en Antofagasta, hay santuarios con ofrendas a los volcanes, una señal de la población que asociaba las erupciones con los enojos de los dioses. De hecho, la investigación determina que la erupción del volcán catamarqueño fue similar a aquella que destruyó a la civilización Thera de la isla griega, más conocida como Santorini.

En la Patagonia llovieron cenizas

Villa La Angostura es una ciudad ubicada muy cerca a Caulle Puyehue, un volcán chileno que en el 2011 entró en erupción de riolita. Los habitantes pasaron casi nueve semanas bajo cinco millones de metros cúbicos de cenizas. Las toneladas de material volcánico cruzaron Los Andes recorriendo más de cuarenta kilómetros.

De manera masiva, comenzó un éxodo de pobladores y la búsqueda de una solución. Pero no era la primera vez, ni la última. La anterior lluvia de riolita (granito volcánico) fue en el volcán Chaitén en 2008. Desde estos eventos imprevistos, científicos y científicas de todo el país se motorizaron para obtener el primer observatorio de actividad volcánica.

Arriba, Incahuasi desde otra mirada. Abajo Payún Matru en Mendoza. Gentileza Descubrir Turismo.

El espacio comenzará a construirse lo antes posible. Se espera que cuente con una sala de monitoreo para visualizar en tiempo real la información que llega por las cámaras instaladas en los volcanes argentinos. 

El caso de Caulle Puyehue del 2011 será el ejemplo y guía para comprender la importancia del observatorio. “La gente no lo vio venir, no supo que eso podía ocurrir”, comentó Sebastián García, ya director del observatorio.

Fuente: Bariloche informa.

Textos de Amira López Giménez. Fotografías de Descubrir Turismo, UNC Ciencia y Fernández Turiel.