Campeones de la Tierra
Un biólogo de Perú fue galardonado en Campeones de la Tierra de la ONU. Su trabajo se volvió un ejemplo de reforestación en consonancia con las comunidades locales. Lleva más de tres millones de árboles plantados en un ambicioso proyecto que busca recuperar los bosques de la región andina.
Por Amira López Giménez
Es el 22 de noviembre de 2022. En Nairobi inician los homenajes anuales para los Campeones de la Tierra. Se trata del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) de la ONU que año a año realiza distinciones a personas que trascienden en materia ambiental.
Pero este año parece ser distinto. En ediciones anteriores, las figuras políticas de mayor peso en el mundo fueron premiadas. Eso puso en tela de juicio la trasparencia y la sinceridad de las premiaciones. En esta ocasión, y por primera vez desde el año 2005 cuando inició el programa, hay un récord de nominaciones.
Los registros superaron las dos mil candidaturas. Entre las personas y entidades galardonadas figuran organizaciones sin fines de lucro, ecologistas, empresas, economistas, activistas, biólogas y zoólogas.
Arcenciel, la empresa del Líbano que cambió la mirada sobre los residuos en todo el país fue premiada junto a Sir Partha Dasgupta, el economista que mira de revés al mercado y remarca la necesidad de replantear la economía de la biodiversidad.
También hay mujeres destacadas, como Purnima Devi Barman, quien desde la India lidera al Ejército Hargila. Se trata de un movimiento feminista abocado a proteger la cigüeña marabú argala, una de las más grandes del mundo y en peligro de extinción.
Cécile Bibiane Ndjebet de Camerún, es otra de las grandes distinguidas. La activista e incansable defensora de los derechos de las mujeres fue la ganadora de la categoría Inspiración y Acción. Cécile busca asegurar la tenencia de la tierra para las mujeres en África. En este sentido, la comunidad que las mujeres construyen en cada espacio garantiza la restauración de los ecosistemas y mitiga el cambio climático.
Sudamérica también combate el cambio climático
Entre los galardones aparece un referente de Sudamérica, Constantino Aucca Chutas de Perú, también conocido como Tino.
Tras tres décadas de trabajo en el país junto a las comunidades locales, buscando un sustento alternativo para el pueblo andino, Tino se consagró Campeón de la Tierra. Su modelo de trabajo es un ejemplo, ya que reforestó con más de tres millones de Polylepis las regiones del Alto Perú, devolviendo el equilibrio hídrico a la zona agricultora.
Estos árboles, también conocidos como tabaquillos, están presentes en gran parte del continente y son una clave de la reforestación. En este sentido, Tino también integra la Global Forest Generation y lidera Acción Andina. Las entidades nuclean otras organizaciones con ambiciones en común a lo largo de la cordillera.
Su propuesta es un ejemplo, lleva más de tres millones de árboles plantados y la iniciativa se extiende y contagia por la Cordillera de los Andes, en Argentina, Chile, Ecuador y Bolivia.
“Nuestra creciente asociación está dirigida por líderes dedicados a la conservación en el terreno y que han establecido vínculos profundos con las comunidades locales e indígenas. Estamos respondiendo a la necesidad urgente de restaurar los paisajes degradados de bosques nativos altoandinos para la resiliencia climática y la seguridad hídrica”, indica Acción Andina desde su espacio oficial.
De la montaña a la pantalla grande
Los Ecoemprendedores, así se titula el capítulo de una serie documental producida por Salesforce y Fortune Brand Studios que muestra en su máximo el trabajo de reforestación traducida en fiesta cultural. Allí, ante la cámara, Aucca confiesa haberse decepcionado en un principio al no ver resultados inmediatos. De todos modos, la naturaleza puede tardar, pero no decepciona.
Para este biólogo, que también forma parte de diversos estudios con presencia en América, la reforestación es vital para asegurar el agua y mitigar el cambio climático. Antes de tirar la toalla, llamó a sus socios locales y en un día dieron un ejemplo al mundo: plantaron más de 57 mil polylpeis en una sola jornada.
Se trató de una reinvidicación de la tradición inca, una cultura que se entrelaza a sus propios ancestros: cuando se busca el bien común, el trabajo es conjunto. Podría decirse que Aucca, guerrero en inca, lucha contra el cambio climático en Perú plantando Polylepis.
La restauración asegura la conservación hídrica para comunidades donde la agricultura predomina como actividad y medio de supervivencia. Pero no es solo plantar árboles. Las décadas de trabajo han permitido generar nuevas fuentes de ingresos para las comunidades, como la implementación de viveros y microempresas de forestación.
Aun se camina hacia la meta de un millón de hectáreas recuperadas a lo largo de los Andes. Pero, desde la fecha hasta la actualidad se sumaron muchos “ecoemprendedores” a lo largo del cordón montañoso. Uno de ellos es la Fundación Bosquizar en Argentina que reforesta en la Pampa de Achala, Córdoba.
Bosquizar lleva más de 100 mil Polylepis australis plantadas en la región tan solo durante el último año. Se trata de una subespecie dentro de la familia Polylepis. A modo de ejemplo, esta fundación se suma a un conglomerado de entidades y personas que brindan su apoyo para cumplir un sueño: recuperar los bosques en América, una forma de combatir el cambio climático.
Todas las fotografías pertenecen a ECOAN, organización integrante de Acción Andina y GFG. Videos de GFG y ONU. Textos de Amira López Giménez. Fuente: PNUMA.