El mundo observa cómo un país legaliza el cannabis por sus propiedades medicinales, crea formas accesibles de registros para su consumo, nacionaliza las semillas, lo lleva a la ciencia y a la industria, y ahora, lo incluye en las comidas. Un snack dulce con CBD puede convertirse en el primer alimento comercializado y en un precedente investigativo para la ciencia y el mundo.

Por Amira López Giménez


El uso del cannabis en alimentos es una práctica ampliamente utilizada. En forma de mantecas o aceites, se trata de un agregado culinario con efectos medicinales y en Argentina se analiza incluirlo al Código Alimentario. La meta es ampliar las formas de producción, un paso más allá del empleo medicinal o la venta de semillas nacionalizadas. Para Carla Vizzotti, ministra de Salud, se trata de un “empujón a la economía”, que incluye desarrollo e industria cannabica.

Para la cartera, esta iniciativa amplía lo trabajado hasta el momento, como la creación del REPROCANN, el blanqueo de semillas y la aprobación de más de 50 investigaciones que se desarrollan en todas las provincias del país.

Un ejemplo de cannabis alimenticio viene de la mano del nordeste argentino, el snack con sabor a frutilla y mango y enriquecido con cannabidiol (CBD), uno de los principios activos del cannabis sativa.

El equipo que puso manos a la obra abarca investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y del CONICET. Estos especialistas trabajan con cannabis regional del cual extraen los principios activos con solventes. Luego, al extracto de CBD obtenido se lo enriquece para utilizarlo en la producción de estos snacks, aún sin nombre que los distinga en las góndolas.

La Dra. Sonia Sgroppo dirige este proyecto. Según sus declaraciones al CONICET el mango criollo que crece en el NEA tiene un alto contenido de azúcares y fibras. De hecho, es un fruto muy apreciado en Argentina por su sabor.

Por su parte, la frutilla es otra de las perlitas de los cultivos argentinos. Se producen en el Chaco y Corrientes y su delicadeza hace que lleguen al mercado recién en los meses de agosto a diciembre.

Para Sgroppo, incluso pueden utilizarse en la producción de snacks los frutos que muchas veces son descartados por no cumplir con todas las reglas de venta y calidad. Pero, en el caso de un snack puede ser una alternativa excelente.

Los snacks representan una nueva opción de consumo para las personas que utilizan cannabis por motivos medicinales. Hasta el momento, los extractos directos de CBD dominaron la medicina.

Para el grupo de investigación la iniciativa impactará en nuestra sociedad de manera positiva. No solo se trata de llevar adelante este proyecto para adquirir nuevos conocimientos, sino también, para obtener indicadores que ayuden a asesorar a las personas.

El país se encuentra a la vanguardia y es que las investigaciones en torno al uso cannabico en alimentos son realmente escasas. En Latinoamérica no hay registros de proyectos o estudios similares. En Europa y Estados Unidos tampoco, a pesar que la legalidad tiene más años de historia que en Argentina.

Por último, el proyecto busca ampliar las mejoras de las condiciones ambientales. Disminuir los desechos de frutas de descarte para aplicarla en la producción sería una ayuda relevante para el ambiente.

Según un informe de la FAO que data de este mismo año, Argentina descarta el 40% de frutas y hortalizas porque no llegan a ser consumidas.

Es decir, existen 16 millones de toneladas al año que no llegan al consumidor, en la práctica, unos 362 kilos per cápita tirados a la basura.

Unos 14,5 se pierden en las etapas de producción, una mala cosecha, mal clima, traslados o almacenamientos inadecuados, el restante se descarta en el último eslabón de la cadena, restaurantes, servicios de comidas y hogares.

Fuente: CONICET

Fotografías: Bentley Rolling, el mejor fotógrafo de marihuana en el mundo.