Para los equipos de investigación botánica, las hierbas medicinales requieren de un conocimiento ancestral. Sumergirse en la vegetación del NEA argentino e intercambiar conocimientos con las comunidades forma parte de los últimos desarrollos en botánica y medicina del país.


En materia de hierbas medicinales, la primera pregunta es para los pueblos originarios. Y la segunda, para la naturaleza que crece en las tierras de Misiones, Corrientes y Chaco y en la cual habrá que sumergirse para entender. Conocer los beneficios de las plantas autóctonas del nordeste argentino (NEA) es la principal misión de los equipos de investigación de los laboratorios públicos y/o universitarios de la región.

Medicina natural en Corrientes

En Corrientes, Ana María Torres lidera el laboratorio de Productos Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne). La investigadora fue calificada como la más avanzada en los estudios contra el veneno de la temida yarará.

Durante el 2022 en la revista Journal of Ethnopharmacology, el equipo publicó los beneficios del laurel amarillo (Nectandra agustifolia). Se trata de una de las plantas más reconocidas y utilizadas por los pueblos originarios de la región ante picaduras de víbora mediante infusiones o cataplasmas.

El equipo señala que las plantas que contrarrestan los efectos del veneno se conocen como alexitéricas. Las mismas forman parte del depósito herbario del Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone), según detallan para Télam.

Laurel amarillo, Nectandra agustifolia. Gentileza Ecoregistros.

Pero no solo el laurel amarillo integra las investigaciones en medicina. El mundo botánico también arrojó luz sobre los beneficios del Cissampelos pareira, también conocido como curarina, oreja de ratón o tortilla de los sapos.

Oreja de ratón, Cissampelos pareira. Gentileza Ecoregistros.

Es una enredadera tan común en los cercos que pocos hubieran considerado su talento para combatir toxinas. Hoy día, el equipo investigativo convirtió la planta en un gel que disminuye los efectos del veneno de la yarará.

El llantén (Plantago tomentosa), sangre de dragón (Croton urucana) y la carqueja (Baccharis articulata), también forman parte de las veinte especies indagadas desde hace quince años. En ese tiempo, también iniciaron con otras líneas de investigación para combatir la glucemia y las inflamaciones junto al Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas (Libim) de la misma universidad.

Repelentes made in Misiones

Los repelentes de larga duración también integran el abanico de medicinas ancestrales. Ya en Misiones, el laboratorio provincial BioLab busca crear un producto a base de plantas nativas.

Hoy día, cuando las amenazas a la salud pública se encuentra en algo tan ínfimo como un mosquito, capaz de trasmitir dengue, zika e incluso fiebre amarilla, se pueden encontrar respuestas en la hierba pipí (Petiveria alliacea). Carlos Altamirano, farmacobotánico de la Unam, fabrica desde el 2021 aceites, extractos y esencias a base de estas plantas que pretenden competir con la citronella en el mercado.

Hierba pipí, Petiveria alliacea. Gentileza CONICET.

La hierba pipí fue presentada por la comunidad mbya que suele utilizarla para engañar a los mosquitos. Sus hojas se frotan en la piel y sus efectos duran lo mismo que un repelente de góndola. Por este motivo, la investigación apunta a que los efectos sean más prolongados.

Pero la comunidad mbya no solo acerca los conocimientos, también se encarga de producir otras hierbas como ambay, carqueja y la cangorosa. El pueblo y el laboratorio mantienen un intercambio constante de saberes y productos mercantiles que funciona hace varios años y que de algún modo asegura la prevalencia de BioLab como espacio investigativo.

Los laboratorios y universidades nacionales realizan estos acuerdos con las comunidades para desarrollar el potencial de las plantas nativas en términos medicinales. Como el conocimiento y el uso de especies vegetales viene de la mano de pueblos como mbya, el intercambio para encontrar la cura en lo natural se hace imprescindible.

Imagen de portada: Llantén gentileza de CONICET. Se agradeece a Ecoreistros y a CONICET por los aportes visuales. Fuente: Telam.