El fotógrafo español retrata el mundo gastronómico, el contexto y sus personajes. “Anhelo traspasar la fotografía para convertirla en magia gastronómica”, afirma.

“Pocas cosas considero más cautivadoras y enigmáticas que una mirada. Sumergirme en cada una de ellas es bucear en las profundidades inalcanzables de cada ser humano. Al contrario que en las composiciones de estudio, el retrato requiere de la complicidad y ayuda del retratado. Yo, pertrechado detrás de la cámara; él, ella, generosos frente a mí. Os estoy agradecido por esa parte que me habéis regalado de vosotros mismos”, escribe el fotógrafo Matías Pérez Llera en su portfolio Miradas Cruzadas.

El fotógrafo es colaborador de diversos medios de comunicación especializados en gastronomía, entre ellos, de la revista Restauradores, así como responsable de imagen de diversas marcas comerciales. Y revela: “Anhelo traspasar la fotografía para convertirla en magia gastronómica”.

Miradas cruzadas.

Su historia es contada por el mismo en su página web:

Toda mi familia recuerda que el día de mi nacimiento mi madre no dio realmente a luz, sino que dio a flash. Una suerte de parto luminoso que, desde entonces, me hace ver la vida de manera intermitente.

Unos añitos más tarde, mi revoltosa curiosidad ocasionó la caída de mis gafas en la sopa de letras que me estaba tomando. Ese fue el momento vital en el que, por primera vez, mis lentes entraron en contacto directo con el mundo de la gastronomía.

Sería materia de diván psicológico saber cuánto pudo haber pesado ese incidente de mi niñez en la futura elección de mi trabajo profesional. El caso es que mis cámaras fotográficas se han visto rodeadas de alacenas, cocinas, mercados y comestibles durante todos mis años de trabajo. Desde luego, nadie podrá negar que mi labor carece de buen sabor.

Desde entonces, convierte en magia el mundo gastronómico y lo reivindica con la belleza artística de las fotos.