Reabrir después de pandemia: la pastelera eslovaca que se emocionó al ver la fila de clientes en su local
Sucedió en Barcelona, España. Su nombre es Lucía Kuraková y tiene uno de sus locales en el barrio Born donde vende productos de pastelería como galletas y brownies.
Por Gustavo Trombetta
El aire del mar Mediterráneo acaricia la arquitectura de Born en Barcelona, España.
En una esquina típica de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad catalana, las voces de los turistas, en distintos idiomas, se mezclan con los sonidos de la ciudad en marcha.
Al ingresar al local, ubicado en Canvis Vells 8, una mujer nos recibe con la amabilidad de las personas que se sienten orgullosas de su casa.
Ella es Lucía Kuraková, la mujer que se hizo viral porque se emocionó al reabrir su local llamado El desván Bakery después de la pandemia, y al encontrarse con muchos clientes que esperaban sus productos de pastelería.
Nació en un pueblo pequeño de Eslovaquia rodeada de campo, y alimentada con leche recién ordeñada. Recuerda la comida elaborada por su madre hecha con tiempo y amor.
Elabora las galletas con ese cariño heredado y busca los mejores productos, lo menos industrializados posibles.
Sus cookies destilan colores: las hay en rojo, verde, rosa, marrón y blanco. No usa colorantes artificiales, sino que son extractos de remolacha, té verde, chocolate silvestre de Ecuador y Brasil.
“Trabajamos repostería americana, pasteles ingleses, escoceses, galletas bien rellenas, brownies, tartas de queso. Todo es artesanal y lo elaboramos aquí en Barcelona”, cuenta a Con Texto.
Mientras trabaja suena una canción de “The Police” y ella empieza a tararearla. Se define como una rockera y así conoció, hace 10 años, a Germán, su marido colombiano, y con quien descubrió Latinoamérica.
Recibe visitantes que hablan inglés, español, catalán y eslovaco, y a cada uno les explica sus productos.
No se cansa de repetir porque está orgullosa de lo que hace. Durante la pandemia tomaba los pedidos por teléfono y los repartía personalmente.
Recién hace un mes que reabrió su local. Y le da pudor recordar el video que se hizo viral cuando salió a ver la cantidad de personas que estaban haciendo filas para probar sus recetas.
“Fue muy curioso que se viera por toda Sudamérica. No me lo esperaba. Ese día fue un día cualquiera y vinieron nuestros clientes a apoyarnos. Subimos ese video después de la inauguración. Fue un caos, pero no era la intención. De repente abrí Instagram y me escribía mucha gente de todas partes del mundo”, relata Lucía.
Y deja un mensaje para todos aquellos emprendedores: “Soy de un pueblo pequeño, viví en condiciones humildes. Si uno si tiene una visión clara y trabaja sobre ella puede conseguir muchas cosas. Las cosas buenas pasan. Llevamos muchos años trabajando muy duro”.
Ahora, muchos turistas de los turistas que llegan a su pastelería para descubrir sus productos, la conocieron a través de esa imagen emocionada de recibir a tantos amigos.