Investigación argentina: ¿Los molles pueden regenerar el bosque serrano?
Un estudio avanza sobre el rol de esta especie autóctona para revitalizar el bosque nativo serrano tras los impactos de los incendios, la ganadería, la agricultura y la invasión de exóticas.
Por Benita Cuellar
Una nueva investigación sobre el bosque serrano de Córdoba, Argentina, permite conocer de qué manera distintos factores (naturales y humanos) inciden sobre la chance de regeneración de árboles y el control de las especies invasoras.
De ese modo se puede ayudar a la recuperación del bosque nativo, cuya superficie de cobertura se vio muy afectada en las últimas décadas.
La especie elegida es el molle, con la plantación y siembra en sitios invadidos por especies exóticas. Se trata de un árbol nativo dominante del cual depende una buena parte del ecosistema.
El trabajo, que se viene realizando desde hace dos años en la reserva Natural Vaquerías (que depende de la Universidad Nacional de Córdoba), está a cargo de la doctora en Ciencias Biológicas Romina Torres y del biólogo Benjamín Marsal Castillo, ambos investigadores del Conicet.
“Fuimos entendiendo cómo la vegetación leñosa se recupera después del fuego de incendios, principalmente por rebrotes, y el establecimiento de semillas es muy pequeño porque en los ecosistemas donde hay una estación seca muy marcada ese proceso es muy difícil”, explicó Torres.
La investigadora fundamentó que hay un conjunto de factores que intervienen en la necesidad de regeneración como los incendios, la agricultura, la ganadería, y las invasiones de las especies exóticas, tanto de plantas como de animales.
Molles en Córdoba
“Cuando los incendios son recurrentes, la planta va perdiendo la capacidad de rebrote. Eso pasa en nuestros montes, hay sitios que se queman tres veces al año, y el árbol no tiene tiempo de rebrotar y producir frutos. Es clave disminuir esa recurrencia”, afirmó Torres.
Por eso, este experimento monitoreado por los investigadores se realiza en parcelas de bosque serrano para entender cómo funciona naturalmente el sistema.
“No quiere decir que la siembra de semillas sea la mejor técnica, pero nos sirve para encontrar los patrones entre tratamientos dónde combinamos situaciones naturales con intervenciones humanas”, remarcó.
En tanto, Marsal Castillo aclaró que la mejor estrategia tras los incendios es esperar que el bosque se regenere por su propia cuenta, sin alterar el lugar, y cuidarlo para que no se vuelva a quemarse en los próximos 20 años.
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¿Las exóticas pueden reemplazar a las nativas?
Cuando una especie nativa se quema no debe ser reemplazada por otra especie exótica. “La planta no autóctona que se introduce se transforma en invasora, y trae otras consecuencias. Por ejemplo: si se introduce pasto para cubrir el suelo, puede quemarse con más frecuencia”, fundamentó la investigadora Torres.
Porque en un sistema, la diversidad de plantas y de animales “está adaptado a las características que tiene ese lugar; entonces no hay nada mejor que introducir una planta que es de ese lugar”, especificó.
Marsal Castillo señaló que el control de las exóticas, y más en la actual situación de Córdoba, tiene que ser una política a largo plazo.
“Es un problema que necesita acciones de manejo. Hay que dejar de plantar exóticas, incluso en nuestras veredas. La mejor estrategia es la prevención”, subrayó, tras insistir en que el avance de las especies exóticas invasoras son un grave problema para la conservación y el funcionamiento del bosque nativo.
Con el trabajo de investigación, “lo que se hizo fue desarrollar un experimento donde se producían intervenciones de extracción de exóticas en un grado de invasión para saber hasta qué punto se recuperaba el bosque o incluso si tenía sentido extraerlas”, destacó Marsal Castillo.
Y agregó como segunda etapa: “Después nos concentramos en el molle”. Al evaluar las parcelas con tratamientos y sus controles (unidad experimental) establecieron trampas (bolsas sostenidas debajo de las copas de los molles) de recolección de los frutos.
Los investigadores estudiaron cómo influía “el lugar tratado y el no tratado” en la producción de frutos. “Nuestro actual trabajo no incorpora al fuego sino la invasión de exóticas y el tratamiento del control”, agregó Marsal Castillo.
El molle, una especie necesaria
El molle es una especie autóctona dominante en las sierras cordobesas y forma la mayor cobertura del dosel forestal (hábitat formado por las copas de los árboles) en nuestro bosque, expresó el biólogo.
Y añadió: “Le da mayor estructura al bosque, y de este tipo de especies depende una buena parte del funcionamiento del sistema ecológico. Si protejo al molle, debajo de él está todo el bosque serrano, la flora y la fauna”.
Asimismo, la presencia del molle requiere de condiciones para prosperar (debajo de aromitos o pastizales), según indicó el investigador. Cuando emerge y domina el dosel construye una serie de estratos que incluye al resto de la comunidad que se ve amparada por su estructura vertical.
“Eso es lo que caracteriza al bosque serrano. Y son claves porque permiten alojar a toda la biodiversidad”, remarcó.
A su vez, Torres destacó: “Todos los años hacemos monitoreos porque incluimos una siembra nueva de ensayo y la idea es hacerlo por mucho tiempo, como estas variaciones interanuales del clima influyen en el establecimiento y provisión de frutos, además del control de exóticas”.
El fruto
Los molles producen frutos entre enero y marzo. La semilla tiene unos cinco milímetros de diámetro. “Es de color negro y tiene una cubierta dulce muy delgada, que se utiliza para endulzar el mate”, contó el investigador.
Pero, además, culturalmente este árbol tiene una gran tradición, y muchos usos como alimento, leña y medicina.
La investigación se propone monitorear a largo plazo (entre 10 y 15 años) la producción de los frutos del molle. “Tenemos dos campañas: sabemos qué produjo en el 2020 y en 2021. Eso nos permite ir sacando ya conclusiones preliminares”, dijo el biólogo.
Hasta ahora, los investigadores pudieron recabar que la producción de los frutos de molles es más alta en las parcelas donde se hace el control de exóticas que en las parcelas en donde no se sacan exóticas.
“Hay un efecto positivo del control de las exóticas en la producción de frutos, aumenta mucho las posibilidades de la regeneración de las especies”, expresaron.
Las fotos pertenecen Benjamín Marsal Castillo.